Las hormonas sexuales son aquellas que participan en el desarrollo y funcionamiento de la sexualidad y fertilidad. No obstante, en la actualidad también son conocidos sus roles en otros fenómenos de nuestro organismo.
Acorde con el sexo biológico, la distinción puede ser dicotómica y estanca si nos referimos a ellas como hormonas sexuales masculinas y femeninas, testosterona y estrógenos.
Siendo exactos, moléculas como los estrógenos y los andrógenos no son hormonas exclusivas del sexo al que hacen referencia. Para evitar confusiones, hay saber que en realidad los estrógenos y los andrógenos están presentes en ambos sexos, sólo que sus concentraciones y funciones son distintas.
En sitios webs como PubMed se puede consultar más a fondo estos detalles. En concreto, en este artículo de divulgación se debate brevemente la clasificación de las hormonas sexuales y se exponen algunos de sus efectos.
Índice de contenido:
Adentrándonos en la bioquímica.
Podríamos distinguir las hormonas sexuales entre hormonas esteroideas y hormonas no esteroideas. Como indica su nombre, son lípidos esteroides con función hormonal. Como tal, derivan de catálisis enzimáticas sucesivas sobre el colesterol. A este grupo de la clasificación pertenecen los andrógenos y los estrógenos. Una vez alcanzan sus células dianas, se unen a receptores específicos que permiten modular eventos tales como la expresión génica y así definir características físicas. En cuanto a las no esteroideas, mencionaremos a la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), de estructura peptídica, a la hormona luteinizante (LH) y a la foliculoestimulante (FSH), ambas de estructura proteínica.
Centrándonos en la biosíntesis hormonal, nuestro hipotálamo es el encargado de segregar de forma pulsátil GnRH hacia la hipófisis. La captura de esta hormona induce en la hipófisis la liberación de gonadotropinas, es decir, de LH y de FSH. En los testículos, la LH es reconocida por las células de Leydig, mientras que en los ovarios, es reconocida por las células de la teca. En ambos casos, la respuesta principal es la misma, producir andrógenos. El más popular de ellos es la testosterona.
Testosterona.
El papel principal de la testosterona en nuestra especie es desarrollar y mantener el aparato reproductor masculino y lo que consideramos características sexuales secundarias masculinas (vello facial, voz grave…). Sin embargo, no todos los cuerpos reaccionan con la misma intensidad a su acción. Existen hombres con más vello que otros y con voces más graves que otras. Las diferencias en la intensidad pueden tener relación con dotaciones genéticas y marcas epigenéticas entre otras posibilidades dependiendo del caso.
En los ovarios, la testosterona permanece a niveles bajos ya que convierten a los andrógenos en estrógenos en respuesta a la acción de la FSH sobre las células de la granulosa. Cabe mencionar que las glándulas suprarrenales son capaces de producir estrógenos en menor cantidad, por lo que también se encuentran presentes en el cuerpo masculino. En los testículos, la FSH es captada por las células de Sertoli, células implicadas en la espermatogénesis.
Los estrógenos.
Los estrógenos se encargan principalmente del desarrollo y mantenimiento del aparato reproductor femenino y de las características sexuales femeninas (pecho, caderas…). Al igual que el caso de la testosterona, es probable que la genética y la epigenética determinen una mayor o menor intensidad en su sensibilidad. En relación al ciclo menstrual, los estrógenos junto con la LH, la FSH y la progesterona se encargan de dirigirlo.
Por supuesto, las hormonas sexuales poseen mecanismos de retroalimentación positiva y negativa para regular su concentración. Por ejemplo, la acción combinada de la testosterona con la inhibina, que se trata de una hormona proteínica producida por los testículos, detienen la liberación de gonadotropinas. Para el caso de los genitales femeninos, la regulación hormonal ocurre durante los eventos del ciclo menstrual.
La concentración de las hormonas sexuales importa – tratamiento hormonal
Recapitulando y vagamente contemplado desde un punto de vista hormonal, las características sexuales masculinas estarían determinadas por una concentración alta de andrógenos y baja de estrógenos. Para las femeninas sería al contrario. El efecto físico de estas hormonas en nuestro organismo es tal que existe terapia hormonal sustitutiva para los casos de personas trans que deseen realizar su transición a este nivel. En la actualidad, tras recibir una evaluación psicológica, las personas trans pueden tomar hormonas sexuales bajo supervisión médica como método de tratamiento hormonal. Para el caso de una mujer trans, uno de los resultados de recibir estrógenos y antiandrógenos es el desarrollo de glándulas. Dichas glándulas son indistinguibles radiológica e histológicamente de las glándulas de una mujer cis.
Probablemente habrá quién se estará preguntando por los efectos de las hormonas sexuales sobre la libido y el humor. Lo cierto es que este tema da para escribir otro artículo completo. La excitación sexual es un complejo fenómeno que implica estructuras del sistema nervioso, del neuroendocrino y de los genitales. Algo similar ocurre con el caso del humor.
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