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Los misterios del bostezo ¿Por qué bostezamos?

Esther Anguiano Batanero

Esther Anguiano Batanero

¿Te habías preguntado alguna vez por qué bostezamos? ¿Sabías que bostezamos hasta en el vientre de nuestra madre? ¿Y que el bostezo no es algo propio exclusivamente de los humanos, sino que se ha visto que muchos vertebrados lo hacen? Incluyendo perros, gatos, tortugas e incluso serpientes.

Aunque es una reacción del cuerpo como otra cualquiera, en algunos casos se puede considerar síntoma de algunas afecciones, como accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson o epilepsia, incluso puede producirse a causa de fármacos. No obstante, a pesar de ser una reacción muy común, aún no hay una hipótesis clara que explique por qué bostezamos, ya que se realiza en multitud de situaciones diferentes y es muy difícil de concretar las condiciones para su estudio. La frecuencia del bostezo no patológico varía en función de la persona y la situación, de hecho, puede que tu propia frecuencia aumente a lo largo de la lectura de este texto.

¿Qué es el bostezo?

Bostezar no se considera un reflejo, ya que no es una reacción rápida en respuesta a un estímulo. Como habrás experimentado, cuando bostezamos abrimos incontroladamente la boca de forma muy amplia. Además, captamos una gran cantidad de aire que seguidamente soltamos, se produce una inclinación de la cabeza hacia atrás y se entornan los ojos incluso llegando a soltar lágrimas que no significan tristeza. También se ve afectado el oído interno, lo que es muy útil por ejemplo en un avión cuando notamos el cambio de presión. Aún no se conoce la vía neuronal del bostezo, pero se piensa que no es única, sino que se produce por múltiples vías.

¿Por qué bostezamos?

La utilidad del bostezo siempre ha creado curiosidad al ser humano. Los griegos y los mayas creían que era un intento del alma por escapar del cuerpo, e incluso en la religión hindú consideran que bostezar en público es algo parecido a un pecado. Las situaciones que producen el bostezo pueden ser muy diferentes como cansancio, estrés, aburrimiento, y en raras ocasiones hambre. Por esta razón, aún no se ha determinado qué función tiene el bostezo, aunque sí se han desarrollado varias hipótesis sobre beneficios del bostezo que comentaremos a continuación.

1. Aumenta el oxígeno

Esto se basa en la profunda inspiración del bostezo, cogiendo así una gran bocanada de aire, y por tanto, de oxígeno. Esta hipótesis plantea que en situaciones de aburrimiento o cansancio respiramos menos profundamente y esto provoca que haya una disminución de la concentración de oxígeno en el cuerpo y un aumento de dióxido de carbono. Por eso, el bostezo se produce para compensar la falta de oxígeno que sufre nuestro cerebro en esos momentos.

Sin embargo, aunque esta hipótesis sigue teniendo defensores, está bastante descartado que esta sea la razón. El neurocientífico Robert Provine, comprobó en 1987 que no hay relación entre la concentración de oxígeno y la proporción de bostezos, hecho que ha sido apoyado por otros estudios más actuales. Es lógico pensar que esta no es la razón del bostezo, ya que un momento en el que disminuye mucho la concentración de oxígeno es haciendo ejercicio. Si esta hipótesis fuera cierta, la imagen que tendríamos de un gimnasio es un montón de gente musculada bostezando sin parar.

Además, como hemos comentado, se han documentado bostezos del feto en el interior del vientre materno, pero estos no respiran por los pulmones, sino que el intercambio gaseoso se produce mediante el cordón umbilical, de forma que no tendría mucho sentido que el bebé bostezara en el interior de la madre ya que no va a ser capaz de coger una bocanada de aire para aumentar el oxígeno.

por qué bostezamos
Chico joven bostezando, extraída de https://www.freepik.es/fotos-premium/

2. Nos ayuda a mantenernos despiertos

Está claro que esto tenía que estar sobre la mesa, ya que cuando más bostezamos es por la mañana y por la noche. Es fácil pensar que la intención en ambos casos es mantenernos despiertos, ya que por la mañana tenemos que activarnos y no volver a dormirnos, mientras que por la noche el objetivo del bostezo sería impedir que nos durmamos antes de tiempo.

Se ha comprobado de forma experimental que el bostezo se produce por la somnolencia y que está altamente correlacionado, de hecho, cuanto más sueño tenemos, más alta es la proporción de bostezos. Sin embargo, por el momento, no hay evidencia científica de que el hecho de bostezar produzca un efecto despertador en nuestro cuerpo manteniéndonos despiertos e impidiendo que durmamos.

3. Contribuye al estrés y enfría el cerebro

No solo se ha observado el bostezo en situaciones de somnolencia o aburrimiento, sino que también se ha visto que hay bostezos en situaciones emocionales estresantes. Esta hipótesis se basa en la capacidad que tienen diversos tipos de animales de bostezar ante la presencia de un depredador. El bostezo entonces sería un intento del cuerpo de defenderse, como lo es la fiebre. Se ha visto que al bostezar, aumenta en el cuerpo el nivel de cortisol, la hormona del estrés por excelencia, y de esta forma reaccionamos mejor a la situación de estrés que estamos viviendo en ese momento, preparándonos o bien para luchar o para huir.

Liebre rodeada de hierba

Por otro lado, Andrew Gallup defiende la hipótesis de que el bostezo ayuda a mantener la temperatura óptima, es decir que tendría una función de termorregulación. Esto es clave porque un cerebro con una temperatura reacciona bien e incluso empeora la memoria. Esta hipótesis sería coherente con la de reaccionar ante el estrés, ya que ante una situación de estrés el bostezo podría refrigerar nuestro cerebro y por tanto ayudarnos a manejar la situación y reaccionar mejor ante la situación estresante. Además, para poder dormir, debe haber una disminución de la temperatura corporal y, según Gallup, esta podría ser la razón por la que bostezamos antes de irnos a dormir, para reducir esta temperatura corporal.

¿Por qué se contagia el bostezo?

Seguro que alguna vez habéis visto a alguien bostezar, y eso os ha provocado ganas de hacerlo a vosotros también, y por eso se suele decir que bostezar es contagioso. ¿Quieres ponerlo a prueba con este vídeo? Esto se debe a unas neuronas especiales llamadas neuronas espejo, que son las neuronas de la imitación y la empatía. Sin embargo, en humanos se ha visto que el contagio del bostezo es mucho más probable cuanto mayor sea la familiaridad o cercanía entre dos personas, lo que indica que el contagio del bostezo es también un marcador de proximidad afectiva y emocional. Esto no solo pasa entre humanos, sino que les pasa a otros animales como los primates, e incluso se ha visto este contagio entre animales y humanos, por ejemplo casos en los que los perros bostezan al ver bostezar a sus dueños.

En base a esto, se ha desarrollado una teoría que dice que el bostezo sirve para sincronizar, en animales gregarios, el comportamiento del grupo. De esta forma, se podrían sincronizar los periodos de sueño y vigilia del grupo, ya que se produce una señal de cansancio que sería contagiada al resto de miembros del grupo sincronizando así los patrones de sueño. Además, se ha demostrado que cuando los humanos observan a otras personas bostezar, se activan áreas en el cerebro que están involucradas en relaciones sociales.

Sin embargo, esta capacidad de contagio del bostezo no se da hasta que no tenemos 4 o 5 años de edad. A partir de entonces, una baja tasa de contagio del bostezo se considera un posible defecto a nivel empático y de inteligencia social y emocional. Por ejemplo, se ha comprobado que las personas que padecen trastornos como la esquizofrenia, tienen un menor contagio de los bostezos y la risa. Aunque hay que tener en cuenta que los medicamentos empleados para tratar la esquizofrenia reducen la frecuencia de bostezos. Por otro lado, las personas autistas también muestran una probabilidad significativamente baja de contagio de los bostezos, y cuanto más grave es el trastorno autista, mayor es la dificultad para que se les contagie el bostezo.

Esta correlación entre enfermedades que afectan a la interacción social, y la capacidad de contagio del bostezo, dan aún más apoyo a la hipótesis de que el bostezo tiene una función empática.

Bostezar en la justa medida: los excesos no son buenos

Bostezar en exceso tampoco es un signo de exceso de empatía, sino que puede ser signo de distintos tipos de enfermedades. Por ejemplo, se ha visto excesos de bostezo en pacientes que tienen paralizado medio cuerpo tras un ictus. En este caso, resulta curioso que el bostezo suele ir acompañado de la elevación del brazo paralizado, que desciende al final del bostezo y vuelve a quedar inmóvil. Esta presencia excesiva de bostezos también se ha visto en pacientes con una presión intracraneal excesiva o incluso con tumores cerebrales.

Hay muchos neurotransmisores implicados en el bostezo, y entre ellos está la dopamina. Esto hace que un bostezo excesivo se relacione estrechamente con la enfermedad de Parkinson, ya que estos pacientes reciben inyecciones de apomorfina, lo que estimula los receptores de dopamina haciendo que bostecen en exceso. También se han visto bostezos previos a un ataque epiléptico y, aunque en menor medida, también posteriores al ataque. Se observó que los bostezos previos se producían en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal del lado derecho, lo que sugiere que el bostezo puede estar lateralizado en el cerebro.

Por último, algunos pacientes con esclerosis múltiple tienen problemas para regular la temperatura del cuerpo, de forma que tanto los bostezos como los problemas para dormir podrían considerarse síntomas de la esclerosis múltiple. También es muy común que ocurra en la esclerosis lateral amiotrófica.

Entonces, ¿cuál es la utilidad el bostezo?

Algo tan simple como el bostezo, no tiene por qué tener una explicación igual de simple. La teoría más extendida es la del bostezo como reacción empática y de coordinación de grupo, pero la regulación de la temperatura también es completamente válida. No obstante, ambas hipótesis no son excluyentes y pueden ser complementarias, o incluso en un tiempo podría salir una hipótesis nueva completamente válida, pero por el momento no hay evidencias suficientes para demostrar a ciencia cierta ninguna de ellas.

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Referencias

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