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El cerebelo. El gran olvidado en la evolución humana.

Miguel Cócera Fernández

Miguel Cócera Fernández

Soy Miguel, graduado en biología. Actualmente estoy cursando un máster en biología celular. Me interesa la neurociencia, la parasitología y la oncología principalmente.

Cuando tratamos de definir a la especie humana, nos centramos en su inteligencia, de la cual culpamos al enorme desarrollo de nuestro cerebro. Sin embargo, nuestro sistema nervioso es mucho más complejo y existen otras regiones, que, junto con el cerebro, han facilitado nuestra adaptación al medio.

Las partes del encéfalo.

De esta manera, en la evolución humana ha tenido una gran trascendencia el papel del cerebelo.

Conforma una de las tres porciones que forman parte del encéfalo, el órgano que ocupa el interior del cráneo y que junto con la médula espinal forman el sistema nervioso central, que controla todas las funciones de los vertebrados.

La mayor parte del encéfalo está constituida por el cerebro. Este se encuentra dividido en varias áreas, cada una de las cuales controla diferentes funciones. Como el pensamiento, el aprendizaje, la resolución de problemas, las emociones, la memoria, el habla, la lectura, la escritura y los movimientos voluntarios.

Las funciones del cerebelo, ubicado en la parte posterior del encéfalo, se basan en el control de la motricidad fina, el equilibrio y la postura. Tiene un papel especialmente importante en el aprendizaje motor, al estar involucrado en el llamado mecanismo de adaptación.

Este fenómeno caracteriza el cambio progresivo de un reflejo o de un movimiento durante su repetición que tiene como efecto mejorar la precisión de dicho movimiento.

Por último, el encéfalo se enlaza con la médula espinal gracias al tronco encefálico que controla movimientos involuntarios como: la respiración, la frecuencia cardíaca y los músculos que se usan para ver, oír, caminar, hablar y comer.

cerebelo, cerebro purkinje.
El encéfalo se divide en tres regiones, el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo que comunica este órgano con la médula espinal, siendo estos dos órganos los que forman parte del sistema nervioso central.

La estructura del cerebelo.

El cerebelo no solo se parece al cerebro gramaticalmente, si no también anatómicamente, ya que se descompone en corteza, sustancia blanca y núcleos del cerebelo.

Corteza, ocupa toda su superficie, posee lobulaciones y circunvoluciones que aumentan su superficie. Se encuentra organizada en capas que poseen las neuronas características del cerebelo, como las células granulares o las células de Purkinje.

cerebelo, purkinje
Neurona de Purkinje. Es una de las neuronas más grandes de nuestro sistema nervioso. Destaca por su característica distribución dendrítica, que permite la salida de información desde el cerebelo a otras áreas del sistema nervioso.

La sustancia blanca se extiende por debajo de la corteza alojando en su interior los núcleos cerebelosos.

Está compuesta mayoritariamente por axones, es decir prolongaciones de las neuronas del propio cerebelo o de otras partes del encéfalo, que ingresan en el cerebelo para transmitir el impulso nervioso a los núcleos o a la corteza.

Los núcleos son acumulaciones de neuronas, que proyectan sus axones hacia otras partes del cerebro con la información generada por el cerebelo, en las neuronas de su corteza.

Cuando se realiza un corte sagital del cerebelo, los axones de la sustancia blanca se observan como una estructura arborescente. Debido a ello, el cerebelo será conocido coloquialmente como el árbol de la vida.

Este nombre se ajusta muy bien a lo que supone esta región del encéfalo, tanto visualmente como funcionalmente, ya que la capacidad del cerebelo de convertir la información procedente de otras áreas del sistema nervioso central y periférico en movimientos precisos y exactos ha sido fundamental en la evolución de los vertebrados.  

¿Cuándo apareció?

El cerebelo como tal, aparece por primera vez en los ciclóstomos. Estos son el primer grupo vertebrados como la lamprea, mucho antes de la aparición de los peces.  

Su estructura neural y los circuitos sinápticos se encuentran altamente conservados en la evolución, es decir el modo en el que se disponen y conectan las neuronas de nuestro cerebelo, se parece mucho al de un pez, sin embargo, es muy diferente en cuanto a tamaño y anatomía.

De esta manera a pesar de las similitudes en el circuito cerebelar, esta región tiene diferentes funciones entre los vertebrados.

Actúa principalmente como un centro coordinador de la propiocepción en anamniotas (peces y anfibios).

En mamíferos se encarga del aprendizaje motor y coordinación, teniendo una función relevante en el desarrollo de la cognición de primates.

Su papel en primates.

Se ha visto que la evolución de este órgano en primates ha sido seis veces mayor de lo esperado, lo que hace ver la importancia del desarrollo de la inteligencia técnica en la que participa el cerebelo, en el desarrollo de la cognición y la evolución del ser humano.

Gracias a esta región del encéfalo los primeros homínidos fueron capaces de crear herramientas. Además, ciertas investigaciones apuntan a una posible implicación del cerebelo en el desarrollo del lenguaje.

De esta manera, la evolución hacia un cerebelo desarrollado aumentó nuestra capacidad para utilizar herramientas y comunicarnos. Y finalmente supondría un punto de inflexión fundamental que ayudó a los primeros integrantes del género Homo.

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