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Adaptación del comportamiento animal para hacer frente al Cambio Climático

De forma general, el Cambio Climático está modificando la temperatura de los ecosistemas, haciendo que esta sea más elevada y que la disponibilidad de agua y alimento se vean alterada, al afectar a la distribución de las precipitaciones. Todos los seres vivos, ya sean bacterias, plantas, animales u hongos necesitan adaptarse para sobrevivir, y esto es algo que ocurre en la Tierra desde la aparición del primer ser vivo. En los animales adaptase no es sólo cambiar de forma, es también la adaptación del comportamiento animal que estos pueden hacer para hacer frente a estos cambios.

¿Qué es la adaptación? 

El proceso de adaptación en los animales puede ser debido a dos fenómenos:

El primero, conformado por cambios, más o menos lentos, que hacen que los seres vivos enfrenten de forma eficaz un problema mediante la adquisición de determinadas estructuras. Este se denomina adaptación evolutiva o simplemente, evolución. Los cambios generados por este tipo de adaptación pueden llegar a generar nuevas especies con el paso del tiempo.

El segundo fenómeno de adaptación consiste en cambios más rápidos y afectan al comportamiento animal. Actúa sobre la forma en la que un animal se comporta ante un factor del medio (calor, frio, falta de agua, de comida…). La forma en la que adapta su comportamiento para hacer frente a estos problemas y sobrevivir es lo que denominamos adaptación del comportamiento animal.

El comportamiento animal es la forma en la que cualquier animal actúa ante un estímulo del entorno, ya sea un olor, la visión de un depredador o la ausencia de alimento. Este comportamiento varía dependiendo de las especies, del estímulo, y a veces incluso, entre los propios individuos. Esta cualidad permite a los animales enfrentarse a nuevos estímulos del entorno y por ende, adaptarse a los cambios del mismo.  

Se puede decir que hay dos tipos de comportamientos, los innatos que son, por ejemplo, beber cuando tienen sed, comer cuando tienen hambre, etc. Luego tenemos los adquiridos, estos son comportamientos que los animales aprenden y por ende se pueden adaptar, por ejemplo, nuevas o mejores formas en la que se accede al agua o al alimento.

Adaptación del comportamiento animal como estrategia para sobrevivir 

Los animales deben adaptarse para sobrevivir, y es algo que lleva pasando en la tierra desde el origen de la vida. Esta adaptación suele ser lenta y gradual, de forma que tarda miles o millones de años en producirse, lo que conocemos como adaptación evolutiva.  

El problema viene cuando las alteraciones de los ecosistemas ocurren de forma rápida, haciendo que los animales tengan problemas a la hora de adaptarse a ellas por la velocidad a la que se producen. Esto es exactamente lo que está ocurriendo con el Cambio Climático.

Un ejemplo de adaptación comportamental es la que nos lleva a buscar la sombra cuando el sol cae con mucha fuerza en verano, y a buscar el Sol cuando hace frío en invierno. Otro ejemplo es el de los canguros rojos (Macropus rufus), que cuando hace mucho calor, se lamen las patas para intentar enfriar su cuerpo. 

Pero esta estrategia de lamerse las patas es poco efectiva, y menos aún con los veranos cada vez más calurosos y secos de Australia. Además, hace que los animales pierdan agua al perder saliva. Por ello, han comenzado a entrar de forma cada vez más cotidiana en los jardines de las casas con piscina, utilizándolas para beber o incluso introducirse en ellas. Lo que ha ocurrido es que han comenzado a asociar los jardines de las casa con agua y, a su vez estos con la posibilidad de mejorar la forma de hacer frente al calor. Lo que antes era algo poco común o esporádico, ahora es algo cotidiano para los canguros. El problema, algunos mueren ahogados.

Los canguros son un ejemplo de adaptación del comportamiento animal para sobrevivir a un ecosistema cada vez más perjudicial .
Canguros bebiendo de los charcos en una carretera (Imagen de pixabay)

Algunos ejemplos de adaptación al cambio climático que podemos observar 

El ejemplo de adaptación del comportamiento animal que hemos visto entre los canguros puede ser considerado anecdótico, pero sirve para visualizar los efectos del Cambio Climático en su comportamiento. Sin embargo, se han observado otros cambios en distintas especies que son muy importantes por sus implicaciones, algunas de las cuales explicaremos a continuación.

Por ejemplo, se ha podido ver como las aves que migran entre el ártico y el trópico están alterando sus migraciones, retrasando estas en la mayoría de los casos, pues las condiciones frías adversas tardan más en llegar, pero adelantando las huidas del calor, pues este llega antes cada temporada. Desacoplando, en algunos casos, la llegada con los aumentos en la disponibilidad de comida (insectos y semillas) y afectando por ello a la época de cría.

En el caso de las aves que migran entre Finlandia y, por ejemplo, España, se ha observado que en su desplazamiento al Norte están cambiando las zonas en las que se asientan, debido a los efectos negativos del Cambio Climático sobre algunas zonas tradicionales de veraneo y cría. Esta adaptación del comportamiento animal tiene muchas implicaciones, pues afecta a la propia distribución de las especies en el territorio y con ello, por ejemplo, a la protección que podemos darle a estas.

Dentro de estos cambios en las migraciones también tenemos caso de animales que ya no migran, pues las condiciones de las zonas en las que pasaban una temporada ahora son menos adversas todo el año. Esto ocurre sobre todo en las zonas frías, cuya temperatura media ha aumentado más que la de las zonas cálidas del planeta. Aunque también hay ejemplos en las zonas templadas, como España, donde la presencia de inviernos menos fríos y la abundancia de comida (vertederos) ha llevado en muchos casos a las cigüeñas (Ciconia ciconia) a dejar de migrar.

Otra alteración muy importante que se está viendo a causa de la falta de comida y/o agua en sus ecosistemas de origen, es el acercamiento a las ciudades, como pasa por ejemplo con los jabalíes. Se aproximan a las ciudades en muchos países de Europa como forma de poder remediar este problema, a pesar de que se trata de un animal esquivo e incluso asustadizo.

A pesar de su comportamiento huidizo, los jabalíes cada vez se acercan más a las ciudades.
Jabalí con sus rayones (Imagen de pixabay)

Otro animal que se aproxima cada vez más a las ciudades es el oso polar (Ursus maritumus) que ante la ausencia de hielo donde poder cazar focas, se adentra en la tierra, alimentándose muchas veces de la basura.

Algunos animales, asocian la presencia humana con agua, lo que los lleva a aproximarse a nosotros para pedirla, como es el caso de esta ardilla. Haciendo que aumente las interacciones humanos-animales, con las posibles consecuencias que eso puede tener para ambos (como transmisión de enfermedades).

El acercamiento a las áreas urbanas supone un peligro para los animales, pues se pueden producir accidentes, como atropellos, o se puede crear una sensación de inseguridad por parte de la población local, que anime a la gente de estas zonas a salir a expulsar a estos animales o pedir medidas que eviten su llegada, en lugar de paliar las causas de su entrada en estas áreas

Un claro ejemplo de adaptación del comportamiento animal que los aproxima a la ciudad en búsqueda de comida y refugio cuando su entorno se altera, son las aves, que podemos encontrar en las áreas urbanas de forma cotidiana. Tenemos algunos ejemplos claros de estos acercamientos, como son la tórtola turca (Streptopelia decaocto), la paloma torcaz (Columba palumbus), la cigüeña blanca, o el gorrión (Passer domesticus). Este último se integró en las áreas urbanas hace ya mucho tiempo. Estas especies encuentran en la ciudad el refugio y la comida, que ya no queda en su entorno natural.

La cigüeña es una de las aves más adaptadas a las zonas urbanas.
Cigüeña blanca y sus crías en una ciudad (Imagen de Pixabay) 

La problemática de estos asentamientos en las ciudades está en el hecho de que no todos los animales se adaptan de igual forma y con el mismo éxito a las áreas urbanas. Eso es debido a diversas diferencias entre las especies, destacando los científicos la inteligencia como una de la más importante a la hora de determinar si una especie va a tener éxito en la ciudad.

Por otro lado, nuestras ciudades no son el mejor ecosistema para que los animales habiten, por razones como pueden ser la contaminación y la comida que encuentran, que no siempre es buena (vertederos urbanos). Por ello, la llegada de estos animales debería ser también una forma de animar a hacer ciudades más amigables, ecológicas y sostenibles con el entorno, ciudades que permitan una mayor biodiversidad. 

Cambios en la época de reproducción 

La adaptación del comportamiento animal que se está dando en determinados especies en sus épocas reproductivas está siendo perjudicial para las mismas. Es el caso de algunos peces, como el salmón (Salmo salar) que necesita aguas frías y limpias para el desove y desarrollo de las crías. Al hacer más calor, y por lo tanto, calentarse más las aguas en las que se reproducen, están alterando los lugares de reproducción, llegando a veces a hacer viajes más largos rio arriba en busca de aguas más frías, disminuyendo el número de individuos que llegan, pues muchos mueren por agotamiento y, por ende, el número de crías que forman la siguiente generación.

En algunas zonas del ártico, el Cambio Climático está acortando la temporada de invierno, provocando que las plantas germinen antes, esto ha llevado a algunos animales, como el Caribú (Rangifer tarandus) a modificar la temporada de reproducción, naciendo sus crías varias semanas antes (en lugar de a mediados de primavera, lo hacen al principio). Este cambio de comportamiento provoca un mayor riesgo exposición a las heladas y nevadas tardías, las cuales pueden ocurrir al principio de primavera, y por ello están más expuestas a sucumbir

El caribú ha visto alterado su época de cría para adaptarse a los cambios de su ecosistema.
Caribú en la Tundra canadiense (Imagen de pixabay) 

Estos cambios en la época reproductora son de gran importancia, pues si se modifican la temporada en que las crías nacen, pueden aumentar la mortalidad de las mismas, comportando una disminución de las poblaciones, que pueden amenazar su continuidad en el ecosistema. Ese es el caso del Licaón (Lycaon pictus), cuyo cambio en la época de cría está asociado a un aumento en la tasa de mortalidad de las mismas, haciendo que este animal se encuentre en peligro y empeorando sus perspectivas de futuro.

El licaón ha visto alterada su época de cría a causa del Cambio Climático, alterando su comportamiento respecto a esta parte de su ciclo vital como intento de adaptarse.
Licaón adulto (Imagen de Wikipedia)

Conclusión 

El Cambio Climático es más que un proceso de alteración del clima, de las temperaturas y las precipitaciones, se trata de un factor de presión más para los animales, que puede ser causa de extinción de los mismos si no consiguen adaptarse.

Hacer frente a los cambios rápidos que ocurren en el entorno a causa de este evento en ocasiones puede conllevar efectos negativos sobre las especies, poniendo en peligro su supervivencia. Por ello, debemos ser consientes de que evitar este evento es algo más que evitar que haga más calor en verano o que llueva menos es, en el fondo, evitar que desaparezcan especies y que puedan ser admiradas y estudiadas por las generaciones futuras.

Artículo editado por Adría Cruells y Carmen de Jesús Gil

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Referencias 

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Pablo Colombo Mondéjar

Pablo Colombo Mondéjar

Graduado en Biología, especializado en Ecología y apasionado de la naturaleza y su complejidad. La divulgación para dar a conocer el mundo que nos rodea.

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