¿Sabías que tenemos casi 2 metros cuadrados de superficie de piel y que pesa alrededor de 5 kilos? Hoy vas a descubrir lo importante que es este órgano y por qué es imprescindible utilizar algún fotoprotector solar para protegerlo de las radiaciones y otros agentes perjudiciales.
Índice de contenido:
¿Qué es la piel?
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y desempeña funciones extraordinariamente importantes para nuestro funcionamiento. Entre ellas, las más relevantes son: la función protectora frente agresiones y agentes externos (bacterias, virus, hongos, radiaciones solares, radicales libres, contaminación…) y la función de la termorregulación, adaptándonos a cualquier ambiente.
Desde el punto de vista anatómico, la piel se divide en tres capas: la capa más interna es la hipodermis, donde residen los nervios que forman el sentido del tacto; la dermis, en la que se alojan las redes de elastina, colágeno y ácido hialurónico, importantísimas para el mantenimiento y funcionalidad de este órgano; y la epidermis, que es la capa más externa donde encontramos los pelos, las pecas y las temidas manchas de la piel.
¿Quiénes producen las manchas de la piel?
En la epidermis encontramos unas pequeñas células responsables de las manchas, pecas, y otras afecciones cutáneas. Hablemos de ellos: los melanocitos son unas células especializadas en la síntesis de melanina, que es el pigmento responsable del color de nuestros ojos, piel y cabello.
La melanina forma una barrera protectora a lo largo de toda la dermis, protegiéndola de las radiaciones solares. Cuando nos exponemos al sol, ésta se activa. La aparición de manchas de sol, pecas y quemaduras solares (eritema solar) son causadas por un exceso de radiación, que nuestra melanina no ha podido contrarrestar. Es decir, nuestro bronceado es una respuesta adaptativa de nuestra piel. Nuestro cuerpo se broncea como solución al sol.
Por tanto, debemos proteger nuestra piel siempre de las radiaciones solares así como de la luz azul, proveniente de los dispositivos digitales. ¿Cómo hacemos esto? Gracias a un fotoprotector solar.
¿Qué es un fotoprotector solar?
Se denomina fotoprotector solar a todas las cremas, geles y spray en los que aparezcan las siglas FPS acompañadas de un número (15, 30, 50 o +50).
Estos productos contienen en su interior filtros, químicos o físicos, que son capaces de absorber o reflejar las radiaciones solares, impidiendo que penetren en nuestra piel y causen daño. También debe aparecer un círculo que incorpore las siglas IR y UVA que hacen referencia a dos de las tres radiaciones solares que inciden en nuestra piel. Si el fotoprotector solar elegido nos va a proteger también de los rayos UVB aparecerán estas siglas.
El factor de protección solar (FPS) nos indica el número de veces que el fotoprotector solar aumenta la capacidad de defensa de nuestra piel frente a la radiación solar. Es muy importante aplicarlos media hora antes de la exposición solar y renovarlo cada dos horas. Si vamos a realizar una actividad física y vamos a sudar, habrá que utilizar un fotoprotector solar especial para que siempre estemos protegidos.
En el mercado encontramos multitud de productos y en función de nuestro tipo de piel, el tiempo que vayamos a estar expuestos al sol y la hora del día deberemos elegir uno u otro. Siempre será el farmacéutico el que haga la mejor recomendación. Nunca debemos quemarnos porque la quemadura de hoy puede ser el melanoma del mañana.