En Microbacterium hemos hablado previamente de la insulina, también de la diabetes una enfermedad con problemas en la producción de insulina, e incluso, de cómo afectaban los azúcares a nuestro cerebro. En este artículo, vamos a conectar todas estas ideas, investigando cómo afectan estos edulcorantes a la producción de la insulina en el cuerpo humano.
Índice de contenido:
¿Qué era la insulina?
Aunque tenemos los artículos previamente mencionados, podemos recordar la definición de la insulina, ya que hablaremos de ella mucho en este artículo. La insulina es una hormona polipeptídica, producida y secretada por las células beta de los islotes de Langerhans del páncreas.
Su principal función es permitir la entrada de glucosa en las células, así interviene en el control de la glucemia y en el metabolismo de los nutrientes. También está encargada de sintetizar componentes celulares como glucógeno (glucosas en almacén) y los triglicéridos (grasas en almacén).
Por otra parte, su ausencia de producción o baja producción, implicaba un uso no eficaz de la misma, apareciendo trastornos en los niveles de la glucosa en sangre, como la resistencia a la insulina y la diabetes.
La primera vez que se aisló y se purificó por F. Banting en el laboratorio de Fisiología de J. Macleod quien ganó el Premio Nobel en 1923 para ambos, por dicho hallazgo. Gracias a esto, los diabéticos pudieron comenzar a tener un tratamiento.
Edulcorantes, ¿qué son?
Aunque hemos hablado previamente de ellos en otros artículos, por ejemplo cuando mencionamos la búsqueda de nuevos edulcorantes, o la estevia. Ahora bien, recordemos que eran.
Los edulcorantes son conocidos por ser sustitutos del azúcar siendo sustancias que se utilizan en lugar de los endulzantes con azúcar (sacarosa) o alcoholes del azúcar. También se pueden encontrar con las siguientes denominaciones: artificiales, no nutritivos (NNS, por sus siglas en inglés) y no calóricos.
¿Para qué sirven?
La primera pregunta que nos puede surgir es para qué necesitamos estas sustancias sutitutivas del azúcar, existiendo el azúcar. Lo cierto, es que estos sustitutos del azúcar pueden ser útiles para las personas que están tratando de adelgazar, dan dulzor a los alimentos y las bebidas sin aportarles calorías extras. Así mismo, usarlos en lugar de azúcar también puede ayudar a prevenir las caries dentales y pueden ayudar a controlar el nivel de azúcar en la sangre en personas con diabetes.
Por ello, muchas industrias y consumidores prefieren estas sustancias antes que el azúcar. Además, estos pueden ser agregados a los alimentos al ingerirlos, al cocinar u hornear. Siendo por tanto, los productos sin azúcar o bajos en calorías, los que presentan estas sustancias.
¿Cuáles son esas sustancias sustitutivas del azúcar?
Existe una clasificación de dichas sustancias son en calóricos y no calóricos, y dentro de estos naturales o artificiales:
A continuación vamos a enumerar algunos de las sustancias sustitutivas del azúcar más conocidas e importantes:
Nutritivos
- Aspartamo: tiene pocas calorías, pero es muy dulce, entonces se utiliza muy poco. Químicamente es una combinación de dos aminoácidos: fenilalanina y ácido aspártico. Por ello, es 220 veces más dulce que la sacarosa. Aunque pierde su dulzor cuando se expone al calor, por ello es muy usado en refrescos. Se han realizado muchos estudios sobre el aspartamo y ninguno ha encontrado que esté asociado con el cáncer. Una controversia asociada al aspartamo, es que un grupo experto lo ha clasificado como “posible carcinógeno (causante de cáncer) en los humanos”. Pero, la FDA no está de acuerdo con esto y establece que es seguro el uso del aspartamo dentro de los niveles de uso recomendados (no más de 40 miligramos de aspartamo por kilogramo de peso corporal por día, lo que equivale a 10 o más latas de refresco de dieta al día para una persona que pesa 150 libras).
- Estevia: aunque hay un artículo sobre ella, la resumiremos aquí. Extraída de la planta Stevia rebaudiana, que se cultiva por sus hojas dulces, es comúnmente conocida como hierba dulce, hoja dulce, hierba de azúcar o simplemente estevia. El extracto de la rebaudiana está aprobado como un aditivo para alimentos y se considera un suplemento dietético.
No nutritivos
- Sucralosa (Splenda): con pocas o nada de calorías, aunque es 600 veces más dulce que la sacarosa. Se suele emplear en muchos alimentos y bebidas, la goma de mascar, postres de leche congelados, jugos de fruta y gelatina, y se le puede agregar a los alimentos en la mesa.
- Sacarina: es de 200 a 700 veces más dulce que la sacarosa. Se emplea en muchos alimentos y bebidas dietéticas, aunque puede tener un sabor amargo o un retrogusto metálico en algunos líquidos.
- Acesulfamo: es 200 veces más dulce que el azúcar. Presenta un punto termoestable y puede usarse para cocinar y hornear, así como, agregarse a los alimentos en la mesa. Comúnmente, se usa junto con otros edulcorantes, como la sacarina, en bebidas carbonatadas y otros productos con contenido bajo de calorías. Destaca por ser el más parecido al azúcar de mesa tanto en sabor como en textura.
- Neotamo: es de 7.000 a 13.000 veces más dulce que el azúcar. Es muy usado diversos alimentos y bebidas dietéticas, además que puede utilizarse para hornear.
- Fruta del monje: se obtiene a base de plantas, ya que es el extracto de la fruta del monje. Esta es parecida al melón verde, pero crece en el sur de China. Es 100 a 250 veces más dulce que la sacarosa, termoestable y se puede utilizar para hornear y cocinar. Aunque con cuidado, ya que es más concentrado que el azúcar (¼ de cucharadita o 0.5 gramos equivale al dulzor de 1 cucharadita o 4 gramos de azúcar)
- Advantame: es 20.000 veces más dulce que el azúcar. Por tanto, utilizado en general y termoestable por lo que puede utilizarse para hornear, aunque no es muy común.
Entonces, ¿qué problemas tienen?
Hay muchas personas que tienen preguntas sobre la seguridad y los efectos en la salud de los sustitutos del azúcar. Se han hecho muchos estudios con ellos aprobados por la Federación de drogas y alimentos (FDA, en inglés) y han mostrado ser seguros. Con base en estos estudios, la FDA declara que con seguros para el uso de la población en general.
No obstante, el aspartamo no es recomendado para personas con fenilcetonuria (FCN), dado que esta patología no pueden absorber los aminoácidos utilizados para fabricarlo.
Por otro lado, en Julio del 2023, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS clasificó el aspartamo como “posible carcinógeno (causante de cáncer) en los humanos”, como comentábamos previamente. La FDA no estuvo de acuerdo con esta evaluación, por lo que el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA, por sus siglas en inglés) de la OMS no recomienda ningún cambio en la cantidad aceptable de aspartamo que se puede consumir con seguridad, que comentábamos antes.
Así mismo, existe poca evidencia que apoye el uso o la prohibición del mismo durante el embarazo. En cualquier caso, está bien utilizar las sustancias aprobadas por la FDA con moderación. Sin embargo, la Asociación Médica de los Estados Unidos sugiere evitar la sacarina durante el embarazo, debido a la posible eliminación fetal lenta de este compuesto.
Finalmente, cabe destacar que aquellos que son artificiales, parecen demostrar en estudios que son peores que los naturales extraídos de plantas, por lo que estos últimos, se ven con mejores ojos en los últimos años.
Los edulcorantes afectan a la insulina
Actualmente, es difícil saber si los edulcorantes comportan efectos negativos en la sensibilidad a la insulina y el aumento de peso. Esto es así debido a varias razones:
- Los estudios científicos se contradicen entre ellos. Algunos estudios muestran que la insulina aumenta su producción cuando hay consumo de alguna sustancia sustitutiva del azúcar.
- Existen numerosos estudios científicos sobre los diferentes tipos artificiales y naturales que afectan más o menos a la salud.
- Lo que ocurre en el laboratorio con experimentos animales no se corresponde con lo que pasa cuando somos nosotros, los humanos, los que ingerimos estas sustancias.
Las observaciones muestran que la mayor parte de gente sin patologías, no ve incrementados sus niveles de insulina al consumir sustancias sustitutivas del azúcar. Sin embargo, si sufres obesidad o eres diabético, puede que el consumo de estos productos te haga ganar peso.
Esto se ha visto con una clara relación entre las bebidas azucaradas y la aparición de la diabetes tipo 2. Es más, estos ha provocado cambios en las políticas, incluida la introducción de impuestos sobre estas bebidas. Por otro lado, como alternativa estas sustancias artificiales se utilizan cada vez más en bebidas, galletas, barritas de cereales, helados etc. Aunque, hace tiempo que existe controversia sobre si estos son saludables o incluso podrían causar más daño que el propio azúcar común, no son nuevos.
Los hallazgos de un estudio realizado en 2017 indican que el consumo de estas sustancias sustitutivas del azúcar, puede exagerar los niveles postpandriales (posterior a las comidas) de glucosa, lo que podría predisponer a desarrollar diabetes tipo 2. Algo que está de acuerdo con estudios previos y recientes que relacionan el consumo de los sustitutivos azucarados con síndrome metabólico y con riesgo cardiovascular. Por lo que, se concluyó que son seguros, aunque eso no quiere decir que sean saludables.
Otro estudio sirvió para comprobar que desencadenan una alteración de la respuesta glucémica, lo que aumenta el riesgo de desarrollo de diabetes. Los expertos recomiendan un consumo ocasional, precisamente por estos estudios.
Finalmente, el estudio que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista Cell refuerza las evidencias previas sobre el hecho de que el uso de los estas sustancias sustitutivas de azúcar no resulta inocuo y genera no solo alteraciones en los niveles de azúcar en sangre sino también cambios en la microbiota intestinal.
Conclusión
Actualmente, existe un gran debate sobre el consumo de estas sustancias sustitutivas del azúcar y su influencia en el aumento o pérdida de peso, en la obesidad y en la diabetes, debido a estos efectos que tiene en la producción de la insulina.
Por un lado, estos se conocen por ser una alternativa sin calorías al azúcar. Por otro lado, esta relación negativa nos hace reflexionar sobre su consumo, ya que hay quienes aseguran que ayuda a perder peso, cuando lo que hace realmente es lo contrario.
En definitiva, espero que estas líneas os hayan hecho pensar que un poco puede ser aceptable, pero que no debemos abusar de estos alimentos, ya que cuando el río suena algo de agua debe llevar.
Artículo editado por Equipo de Microbacterium
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