La diabetes es uno de los desafíos sanitarios para la salud global de mayor crecimiento del siglo XXI, la cual se ha triplicado el número durante los últimos 20 años. En uno de los artículos publicado en esta plataforma hablamos de la diabetes, los distintos tipos que existen y el tratamiento en general. Pero hoy os traemos un artículo sobre la diabetes tipo 2 donde aprenderemos los principales aspectos de esta enfermedad y los tratamientos actuales.
Índice de contenido:
Epidemiología y tipología de la diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a un gran número de personas que altera forma en la que el cuerpo utiliza la glucosa en la sangre.(1)
Según los últimos datos procedentes de Base de Datos Clínicos de Atención Primaria (BDCAP) en España, la incidencia de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) ha aumentado drásticamente, afectando a 3,07 millones de personas. La DM2 representa el 96,6% del total de casos de diabetes en el país, con una prevalencia general del 6,8%. Este significativo aumento se atribuye en gran medida al incremento de estilos de vida poco saludables, incluyendo dietas inadecuadas y una marcada reducción en la actividad física.
Hay 4 tipos de diabetes: diabetes tipo 1 (DM1), diabetes tipo 2 (DM2), diabetes gestacional y otros tipos de diabetes como los incluidos en los síndromes de diabetes monogénica, las enfermedades del páncreas exocrino o diabetes inducida por fármacos o sustancias químicas.(2)
Según la Asociación Americana de Diabetes (ADA), la DM2 está causada por la pérdida progresiva no autoinmune de la secreción adecuada de insulina de las células β, frecuentemente en un contexto de resistencia a la insulina y síndrome metabólico. La resistencia a la insulina implica que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, provocando niveles elevados de glucosa en sangre. Con el paso del tiempo, el páncreas no puede compensar esta resistencia, resultando en hiperglucemia crónica.
El estudio Di@bet.es ha identificado los principales factores de riesgo asociados con el desarrollo de la diabetes, entre los cuales se incluyen la presencia de prediabetes en estudios de prevalencia inicial, la edad, el sexo, la obesidad, el aumento de peso y antecedentes familiares de la enfermedad. Estos hallazgos subrayan la complejidad multifactorial de la DM2 y destacan la importancia de abordar tanto los factores genéticos como los ambientales en su prevención y tratamiento.
Entre las complicaciones asociadas se incluyen la nefropatía diabética, retinopatía y neuropatía, las cuales pueden derivar en insuficiencia renal, ceguera y dolor neuropático; enfermedades cardiovasculares y accidente cerebrovascular, que son las principales causas de mortalidad en pacientes con DM2.(3)
Diagnóstico de la diabetes tipo 2
El diagnóstico de la DM2 se basa principalmente en la evaluación de los niveles de glucosa en sangre. Actualmente se siguen los criterios de la ADA, que incluyen pruebas de glucemia en ayunas, pruebas de tolerancia a la glucosa oral y la medición de la hemoglobina A1c (HbA1c). Se considera que una persona tiene DM2:
- Si su nivel de glucosa en ayunas es igual o superior a 126 mg/dL en dos ocasiones diferentes.
- El nivel de HbA1c es igual o superior al 6,5%.
- Si los niveles de glucosa superan los 200 mg/dL después de dos horas.
- Si con síntomas clásicos de hiperglucemia o crisis hiperglucémica, una glucosa plasmática aleatoria igual o superior a 200 mg/dL. Aleatorio es cualquier momento del día sin tener en cuenta el tiempo transcurrido desde la comida anterior.
El cribado para detectar la prediabetes y la diabetes tipo 2 es importante para identificar tempranamente los riesgos metabólicos y tomar medidas preventivas adecuadas. Se sugiere realizar pruebas de detección en adultos asintomáticos, utilizando una evaluación de los factores de riesgo.
Para adultos con sobrepeso u obesidad (IMC igual o superior a 25 kg/m2) se deben realizar las pruebas de detección si presentan uno o varios de los siguientes factores de riesgo:
- Familiar de primer grado con diabetes.
- Raza/Etnia de alto riesgo.
- Antecedentes de enfermedad cardiovascular.
- Hipertensión.
- Nivel de colesterol HDL <35 mg/dL (<0,9 mmol/L) y/o nivel de triglicéridos >250 mg/dL (>2,8 mmol/L)
- Mujeres con SOP.
- Inactividad física.
- Otras enfermedades asociadas con la resistencia a la insulina.
Todos los pacientes con prediabetes se deben realizar pruebas anualmente, así como las mujeres diagnosticadas con diabetes gestacional (cada 3 años), personas con VIH y en la población general a partir de los 35 años. Si los resultados son normales, las pruebas deberán repetirse en intervalos de 3 años, o en intervalos más cortos de tiempo dependiendo del nivel de riesgo o los resultados iniciales.
Además de las pruebas de laboratorio estándar, se cuenta con un cuestionario complementario que evalúa características físicas, edad y antecedentes personales, todos ellos factores importantes en la evaluación del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La combinación de estas herramientas proporciona una imagen más holística de la salud metabólica y el riesgo de diabetes, lo que permite una intervención preventiva más temprana y dirigida hacia aquellos con mayor riesgo.
Si la puntuación es igual o superior a 5, existe mayor riesgo de padecer DM2. La DM2 es más común en afroamericanos, hispanos/latinos, nativos americanos, asiaticoamericanos, nativos hawaianos y nativos de las islas del pacífico. El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer diabetes en todas las personas, pero las asiatoamericanas presentan un riesgo mayor incluso con un peso inferior al resto de la población general (alrededor de 6,8 kg menos).
Tratamiento de la diabetes tipo 2
El tratamiento de DM2 abarca diversas estrategias. Entre ellas, las intervenciones no farmacológicas como cambios en el estilo de vida, ajustes en la dieta, incremento de la actividad física y reducción de peso que son fundamentales para mejorar el control de la glucosa en sangre. Asimismo, la educación diabetológica desempeña un papel clave al proporcionar a las personas con DM2 la comprensión y las herramientas necesarias para gestionar efectivamente su enfermedad. Es fundamental que aprendan a monitorizar sus niveles de glucosa y entiendan cómo diferentes alimentos y ejercicios impactan estos niveles. (4) Adicionalmente, el tratamiento farmacológico se ajusta de acuerdo a las necesidades específicas del paciente y el riesgo de desarrollar otras condiciones médicas relacionadas con la DM2.
La actualización 2024 para el tratamiento de la DM2 realizada por la SEMI resalta la importancia de un enfoque individualizado y adaptado según el perfil clínico de cada paciente, con especial atención a los factores de riesgo y las comorbilidades asociadas. Dentro de las recomendaciones clínicas independientes del control metabólico se incluyen:
– Se deben priorizar los arGLP-1 (agonistas del receptor de GLP-1) y/o iSGLT-2 (inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2) independientemente del objetivo de HbA1c (hemoglobina glucosilada) y del uso de metformina.
– Si hay alto Riesgo Cardiovascular (RCV): Priorizar arGLP-1/iSGLT- 2 debido a su beneficio demostrado en la reducción de eventos cardiovasculares.
– Insuficiencia Cardiaca (IC): Recomendación específica de usar iSGLT-2, como empagliflozina o dapagliflozina, independientemente de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI).
– Enfermedad Renal Diabética (ERD): Se recomienda el uso de iSGLT-2 y arGLP-1 por sus efectos nefroprotectores. Según la función renal, ajustar las dosis de los medicamentos con recomendaciones específicas para cada rango de filtrado glomerular.
– En situaciones de fragilidad y edad avanzada: Se debe personalizar el tratamiento teniendo en cuenta la minimización de la hipoglucemia y la adaptación a la capacidad funcional del paciente.
– Sobrepeso y obesidad: Se aconseja maximizar las dosis de arGLP-1 o combinarlos con iSGLT-2 para manejar tanto la DM2 como la obesidad.
Los arGLP-1 (agonistas del receptor de GLP-1) actúan imitando el efecto del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), una hormona natural que se libera en respuesta a la ingesta de alimentos. Los arGLP-1 ayudan a aumentar la secreción de insulina en respuesta a los niveles de glucosa en la sangre, reducen la liberación de glucagón (que eleva la glucosa sanguínea), y ralentizan el vaciamiento gástrico, lo cual ayuda a disminuir los niveles de glucosa después de las comidas.(6)
Los iSGLT-2 (inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2) funcionan inhibiendo el cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 que se encuentra en los riñones. Esta proteína es responsable de la reabsorción de glucosa en los riñones y su reintroducción en la circulación sanguínea. Al inhibir esta proteína, promueven la excreción de glucosa a través de la orina, reduciendo así los niveles de glucosa en sangre.(7)
Conclusión
Como se ha mencionado, la DM2 es una enfermedad compleja que demanda un enfoque integral, que incluye cambios en el estilo de vida, educación continuada, monitoreo médico regular y, cuando sea apropiado, intervención farmacológica. La gestión adecuada de esta condición puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes y minimizar el riesgo de desarrollar complicaciones graves. Además, las guías clínicas actuales resaltan la necesidad de adaptar el tratamiento a las características clínicas individuales de cada paciente, asegurando un manejo personalizado y efectivo.
Artículo editado por Equipo de Microbacterium
Bibliografía
1. Diabetes. Mayo Clinic; 2023 Sep [consultado en abril de 2024]. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/diabetes/symptoms-causes/syc-20371444
2. American Diabetes Association Professional Practice Committee. Diabetes Care. 2024;47(Suppl_1):S20-S42.
3. Aikaeli et al. PLOS Glob Public Health. 2022;2(6):e0000599.
4. Celik et al. BMC Nurs. 2022;21(215).
5. Grupo de Trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de SEMI. 2024. Disponible en: https://www.fesemi.org/actualizacion-2024-para-el-tratamiento-de-la-dm2-del-grupo-de-diabetes-obesidad-y-nutricion-de-semi
6. Reed et al. F1000Res. 2020;9:F1000 Faculty Rev-239.
7. Ernest et al. Physiological Reviews. 2011;91(2):733-794.