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Pseudoterapias: ¿realmente pseudo? Un análisis del sesgo de evidencia ausente

Dice Anabella Antognoni en su artículo “Sobre eso no se investiga: la ciencia no hecha” (2023) que “saber qué se investiga resulta tan importante como saber qué no se investiga y por qué” ¿Es esto lo que pasa con las denominadas pseudoterapias?

Efectivamente, hay temas que no se investigan, temas que entrarían dentro del término acuñado por el sociólogo David Hess como undone science (Hess, 2009). Son aquellos que no encajan en las prioridades (económicas, políticas, sociales) para ser financiadas con los recursos existentes. Porque la investigación cuesta dinero. Y la financiación exige no solo una devolución de la inversión sino unos beneficios económicos.

De esta manera, hay temáticas que, por tanto, no son investigadas. Porque no están en las agendas de los Estados, porque no son lucrativas o porque llenar estos vacíos podría entrar en conflicto con los intereses de ciertos sectores (Antognoni, 2023), ya sean públicos o privados.

Conocimiento empírico vs científico

Así pues, tenemos vacíos de conocimiento científico, ya sea en áreas de la medicina, del medio ambiente, sociales o de cualquier otro tipo. Este vacío científico es suplido en muchos casos por el conocimiento empírico,  definido por la RAE[1] como aquel fundado en la experiencia.

En este método se emplea la observación y se utiliza diariamente para encontrar respuesta a los fenómenos que se nos presentan. Se basa en la experiencia directa y personal con el mundo (Bernal, 2010) y está influenciado por los sentidos y las percepciones; constituye la base del desarrollo social.

pseudoterapias
Imagen 1. Conocimiento empírico vs científico. Fuente: Es Ciencia https://bit.ly/42kzqIJ

Sin embargo, es menospreciado en los ámbitos científicos por los siguientes motivos:

1. Falta de sistematización:

El conocimiento empírico a menudo carece de un método riguroso o estandarizado para recopilar y validar información. Esto contrasta con el método científico, que se basa en hipótesis, experimentación y análisis controlado.

2. Subjetividad:

Dado que el conocimiento empírico se basa en la experiencia personal, puede ser percibido como subjetivo, anecdótico o sesgado, lo que lo hace menos confiable desde una perspectiva científica.

3. Dificultad para generalizar:

Las conclusiones basadas en experiencias individuales pueden no ser aplicables en todas las situaciones. La ciencia busca principios universales, mientras que el conocimiento empírico suele estar limitado a contextos específicos.

4. Preferencia por la evidencia cuantificable:

La ciencia moderna otorga mayor valor a los datos medibles y cuantificables. Como el conocimiento empírico a menudo se basa en la observación cualitativa, puede ser considerado menos válido en algunos círculos académicos o profesionales.

5. Desprestigio histórico:

Durante siglos, la cultura científica y académica ha privilegiado el conocimiento «formal» sobre el empírico, considerándolo más avanzado o sofisticado. Esto ha generado una percepción de que lo empírico es «menos válido».

6. Desafíos en la reproducibilidad:

En ciencia, la reproducibilidad es clave para validar un hallazgo. El conocimiento empírico, al depender de circunstancias individuales, puede ser difícil de replicar, lo que debilita su aceptación en ciertos ámbitos.

No obstante, el conocimiento empírico ha guiado al ser humano en su evolución (se sabe que el fuego quema porque ya se vivió esa experiencia; es sabido que las flores nacen en primavera porque ya se ha observado esta situación), y fue el empleado hasta el siglo XVII cuando Galileo, Bacon o Descartes, por ejemplo, empiezan a utilizar reglas metódicas y sistemáticas para avalar sus hipótesis y con ello una nueva metodología de trabajo con 4 postulados: evidencia, análisis, deducción, comprobación.

Las reglas y principios del método científico (término acuñado por William Whewell en el siglo XIX) buscan minimizar la influencia de la subjetividad del investigador en su trabajo, reforzando así la validez de los resultados y, por ende, del conocimiento obtenido.

No existe un único modelo de método científico. El científico puede usar métodos definitorios, clasificatorios, estadísticos, empírico-analíticos, hipotético-deductivos, etc… Por esto, referirse al método científico, es referirse a un conjunto de tácticas empleadas para construir conocimiento de forma válida y cada tipo de investigación concreta puede requerir un modelo propio de método científico. Estas tácticas pueden ser mejoradas, o reemplazadas por otras en el futuro, como ha ocurrido a lo largo de la historia.

Además, no todas las ciencias tienen los mismos requisitos. La experimentación, por ejemplo, no es posible en ciencias como la física teórica. El requisito de reproducibilidad y repetibilidad, fundamental en muchas ciencias, no se aplica a otras, como las ciencias humanas y sociales, donde los fenómenos no solo no se pueden repetir controlada y artificialmente (que es en lo que consiste un experimento), sino que son, por su esencia, irrepetibles, por ejemplo, la historia.

Salud y terapias o, ¿pseudoterapias?

En el preámbulo de la Constitución de la OMS se define el concepto de salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.”

Cuando hablamos de terapias, nos referimos a un conjunto de tratamientos, métodos o intervenciones diseñadas para aliviar, tratar o mejorar problemas de salud física, mental o emocional[2]. Las terapias pueden abarcar diversas disciplinas y enfoques, y dependiendo del ámbito donde se apliquen, o la forma de llevarlas a cabo, el objetivo de las mismas, etc., se pueden agrupar en diferentes categorías (Tabla I).

Tabla I. Ejemplos de Terapias y enfoque de las mismas
MédicasIncluyen tratamientos basados en la medicina convencional, como la terapia farmacológica, radioterapia o fisioterapiaSe enfocan en tratar enfermedades físicas específicas o mejorar funciones corporales afectadas
PsicológicasTambién conocidas como psicoterapias, incluyen enfoques como la terapia cognitivo-conductual (TCC), terapia psicodinámica o terapia humanistaAyudan a abordar problemas emocionales, trastornos mentales y comportamientos disfuncionales
ComplementariasIncluyen prácticas como la acupuntura, homeopatía, reflexología, aromaterapia y reiki.Suelen centrarse en enfoques holísticos y en la conexión entre mente, cuerpo y espíritu
FísicasEjemplos incluyen la fisioterapia, terapia ocupacional y terapias manuales como el masajeSe centran en mejorar el movimiento, la fuerza muscular y aliviar el dolor físico
CreativasIncluyen la arteterapia, musicoterapia y danzaterapia, donde se utiliza el arte, la música o el movimiento como medios de expresión y curaciónSon útiles para el bienestar emocional y la expresión de sentimientos difíciles de verbalizar.
Sociales/grupalesPueden incluir terapia familiar, de pareja o grupos de apoyo, donde las dinámicas sociales juegan un papel claveAyudan a mejorar la comunicación y resolver conflictos en contextos interpersonales
Tabla I. Ejemplos de Terapias y enfoque de las mismas. Fuente: Elaboración propia.

En resumen, el término «terapia» engloba una amplia variedad de prácticas cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas, ya sea a través de la sanación física, emocional o social. En definitiva, es trabajar por y para la SALUD. Entendiendo que la salud no es solo la ausencia de enfermedad sino alcanzar un bienestar lo más completo posible, podemos enfrentarnos a aceptar la integración, en la medicina convencional, de métodos o sistemas que lo faciliten, métodos que en muchos casos forman parte del acervo cultural de un país y por tanto forman parte de la medicina tradicional.

DALL·E 2025 01 21 12.51.20 An informative illustration depicting various non medical therapies and their connection to health. The image should feature practices such as yoga m 1
Imagen 2. Imagen representativa de diferentes terapias (generada por IA).

Medicina convencional, tradicional e integrativa

Según la RAE, el término medicina se define como el “conjunto de conocimientos y técnicas aplicados a la predicción, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas y, en su caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan producir.”

A la medicina que utiliza medicamentos, cirugía o radiación se le denomina medicina  convencional, alopática, ortodoxa e incluso medicina occidental.

Pero existe otra medicina, la tradicional, que viene definida por la OMS como “la suma de los conocimientos, habilidades y prácticas basadas en las teorías, creencias y experiencias indígenas de diferentes culturas, explicables o no, que se utilizan en el mantenimiento de la salud y la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas y mentales”. En algunos países también se le denomina complementaria (incluso alternativa)[3].

Durante siglos, el conocimiento tradicional, indígena y ancestral ha sido un recurso integral para la salud en hogares y comunidades, y actualmente sigue formando una parte importante de la atención de salud en muchas regiones. 170 de los 194 Estados Miembros de la OMS han informado del uso de hierbas medicinales, acupuntura, yoga, terapias indígenas y otras formas de medicinas tradicionales. Muchos países reconocen que la medicina tradicional es una valiosa fuente de atención de salud y han tomado medidas para integrar prácticas, productos y profesionales en este ámbito en sus sistemas nacionales

En la Declaración de Astaná de 2018 sobre atención primaria de salud, se reconoce la necesidad de integrar los conocimientos y las tecnologías de la medicina tradicional en la prestación de atención primaria (una piedra angular de los sistemas de salud).  Y deberá hacerse de manera adecuada, efectiva y segura sobre la base de las pruebas científicas más recientes.

Es fundamental aplicar un enfoque basado en pruebas rigurosas y establecer su eficacia y seguridad a través de ensayos clínicos extrictos de manera que la OMS pueda recomendar la medicina tradicional en sus directrices. Las terapias no medicinales (yoga, acupuntura, reflexología…) suponen una dificultad adicional debido a su variabilidad en la práctica, lo que hace extremadamente difícil, si no imposible, la realización de ensayos controlados aleatorizados. Esto significa que debemos esforzarnos en desarrollar nuevas metodologías que proporcionen pruebas sólidas y dignas de crédito para recomendar su uso en condiciones concretas

La problemática ligada a las intervenciones tradicionales no medicinales exige una nueva forma de concebir las metodologías de los ensayos, con miras a proporcionar pruebas que sean lo suficientemente concluyentes y sólidas como para elaborar recomendaciones normativas. Debemos estar preparados para aceptar que los beneficios aparentes de algunas intervenciones pueden deberse a un efecto placebo, mientras que otros sean ejemplos empíricos de principios científicos modernos.

Por otra parte, la medicina integrativa es la incorporación de la medicina tradicional, con evidencia científica, en los sistemas nacionales de salud de medicina convencional (OMS, 2024).

Situación de las terapias no médicas en España

En diciembre de 2011, el Ministerio de Sanidad publicó un primer documento de análisis de situación de las terapias naturales, así denominadas entonces,  que recoge los aspectos relativos a la evidencia científica disponible de estas terapias, considerándolo como un primer paso para avanzar en una posible regulación de las mismas y distinguir entre las que realmente pueden aportar ventajas a sus usuarios y las que no.

Este documento, que lista un total de 139 técnicas,  analiza de forma exhaustiva su clasificación, definición de cada una de ellas, y su situación en España y en el extranjero, así como la regulación en los diferentes países.

Entre las conclusiones sobre la existencia de la evidencia científica se indica:

Hasta muy recientemente no se ha aplicado el baremo científico a la evaluación de las terapias naturales. Aún es muy escaso el número de estudios publicados de suficiente calidad que proporcionen alto grado de evidencia sobre su efectividad en situaciones clínicas concretas. Los protocolos consensuados de evaluación para la aplicación específica a muchas de estas terapias son muy recientes.

Es decir, falta información, tanto positiva como negativa. Y así se refleja en otro de los párrafos del documento:

En términos generales, pocas terapias naturales han demostrado su eficacia en situaciones clínicas concretas mediante la aplicación de métodos científicos. Sin embargo, esta ausencia de demostración de su eficacia no debe ser considerada como sinónimo de ineficacia.

Asumir la ineficacia de lo no probado es por tanto caer en el sesgo de ausencia de evidencia o sesgo de evidencia ausente, que consiste en asumir que algo no es efectivo o no funciona simplemente porque no hay datos o estudios que lo demuestren, cuando en realidad, la falta de evidencia no implica evidencia de ausencia. Este sesgo puede llevar a conclusiones erróneas, ya que no distingue entre «no probado» y «probado como ineficaz». Es importante en la investigación mantener una perspectiva neutral hasta que haya datos concluyentes.

Así pues, tanto la Organización Médica Colegial de España (OMC) y el Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias (OPPISS), creado en noviembre de 2014, estarían considerando ciertas prácticas como ineficaces, e incluso perjudiciales, cuando realmente lo que falta es la información adecuada. De hecho, el OPPISS entiende como pseudoterapia, y así la califica, toda propuesta de cura de enfermedades, alivio de síntomas o mejora de salud basada en criterios sin el respaldo de la evidencia disponible.

Undone science

Demostrar que una práctica mejora la salud requiere combinar diferentes métodos científicos y análisis rigurosos. La clave está en obtener datos fiables que sean reproducibles y estadísticamente significativos. Es decir, en principio aplicar el método científico, con la realización de estudios clínicos controlados o estudios observacionales o de caso y series de casos.

¿Y por qué estos estudios no existen hasta ahora? En parte por desconocimiento pero sobre todo por falta de financiación, que impide la contratación de personal especializado en cada área de trabajo de las que consta un estudio. Y, volviendo al inicio, no hay financiación porque no hay retorno de la misma, porque no hay un “producto material” con patente que sea propiedad de una empresa y luego se pueda vender y recuperar la inversión.

No se aceptan las terapias porque no hay estudios. No hay estudios porque nadie los financia. Y la empresa privada aquí no va a entrar. Tienen que ser los gobiernos los que se den cuenta del beneficio que supone la mejora en salud al integrar estas terapias en sus sistemas y por ello promocionarlos y financiarlos, tal y como es el objetivo de la OMS.

Conclusiones

No denominenos pseudo a lo desconocido.

Invirtamos recursos para aceptar o descartar prácticas, con fundamento, que podrían complementar a la medicina alopática.

Eliminemos el sesgo de evidencia ausente en las terapias naturales.

Bibliografía

  • Antognoni, A. (2023). Sobre eso no se investiga: la ciencia no hecha. Blog Microbacterium. 30 octubre 2023
  • Bernal, C. (2010). Metodología de la Investigación: administración, economía, humanidades y ciencias sociales. 3ra. Edición. Pearson Educación: Colombia.
  • Hess, D.J. (2009). The Potentials and Limitations of Civil Society Research: Getting Undone Science Done. Sociological Inquiry, 79: 306-327.
  • Infomed. Terapia, terapéutica y tratamiento. 2014. [consultado 30 noviembre 2024]. Disponible en: https://temas.sld.cu/traducciones/2014/12/01/terapia-terapeutica-y-tratamiento/
  • Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (2011). Primer documento de análisis de situación de las terapias naturales. Disponible en: https:/www.sanidad.gob.es/novedades/docs/analisissituaciontnatu.pdf
  • OMS (a). Medicina Tradicional. 9 agosto 2023 [consultado 30 noviembre 2024].
  • OMS (b). WHO traditional medicine strategy 2014-2023. WHO 2013. 78 pp
  • OMS. 2024. Traditional, complementary and integrative medicine. [consultado 5 diciembre 2024]. Disponible en: https://www.who.int/teams/integrated-health-services/traditional-complementary-and-integrative-medicine

[1] Real Academia Española

[2] El término terapia es más concreto y, si bien es sinónimo de tratamiento, se define principalmente al realizado por medios físicos; se refiere más a la acción, a los procedimientos, al hecho práctico del tratamiento (Infomed). Aparece, la mayoría de las veces, como forma sufija con la significación de «tratamiento» o «cuidado». Quimioterapia, talasoterapia, hidroterapia, fisioterapia… pero es  realmente una palabra griega con significación propia /therapeía/;  «servidumbre», «servicio», «cuidado», «curación».

[3] Esta definición realmente aplicaría a aquella medicina que ni es convencional ni forma parte de la tradición del país y no está completamente integrada en el sistema de salud dominante.

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