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Humedales: más que simples acúmulos de agua

Francisco Javier Mateos Cabello

Francisco Javier Mateos Cabello

Biólogo y defensor de la belleza de nuestro planeta. Siempre orientado a la educación y divulgación ambiental, intentando concienciar que es sólo una Tierra la que tenemos y debemos mantenerla lo más intacta posible.

El pasado 2 de febrero fue el Día Internacional de los Humedales y desde hace años nos llegan noticias como: «Hacia el desastre ecológico: los humedales en declive», o «Los humedales del planeta están desapareciendo»; sólo son algunos ejemplos pero, ¿sabemos realmente qué comprende el término humedal? ¿Somos conscientes de qué nos aportan? ¿Qué ocurriría si como se indica en los titulares antes citados, desaparecieran los humedales?.

Lo que quiero transmitir a continuación, y de forma muy resumida en este artículo, son algunas ideas y conceptos que permitan generar un mayor interés y concienciación sobre los humedales, no sólo un día al año, como suele suceder con muchos temas de los que sólo se hace eco en los medios cuando está marcado en el calendario; sino que seamos conscientes cada día.

¿Sabemos qué es realmente un humedal?

Según la Real Academia Española, la definición que se da de humedal es la siguiente: “Terreno de aguas superficiales o subterráneas de poca profundidad”. Según una definición así podríamos pensar que tampoco son para tanto, ¿no es verdad?. 

Por esa misma razón, en 1971 en la ciudad iraní de Ramsar se firmó un convenio que lleva su mismo nombre (Convenio de Ramsar), donde se busca la conservación y el uso racional de los humedales a nivel internacional.

Así, en dicho tratado, la definición que se aplica a estos ecosistemas es “ligeramente” más compleja y define a los humedales literalmente como: “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.

A esta definición además hay que añadirle los humedales artificiales como son las zonas de cría piscícola, salinas, embalses o canales, entre otros tantos. Aunque se han catalogado muchos y diferentes tipos, se pueden clasificar en tres grupos principalmente:

  • Humedales marinos y costeros
  • Humedales continentales
  • Humedales artificiales

¿Son importantes los humedales para el planeta?

Como se ha comentado en el punto anterior, un humedal se puede corresponder con una gran variedad de ecosistemas en los que siempre existe presencia de agua en mayor o menor medida. Por lo que son reservorios de agua de gran importancia para todos los seres vivos. De hecho, son los que aportan el agua potable que permite la vida.

Además, los humedales continentales de interior y cercanos a las cuencas de los ríos, por ejemplo, tienen un papel fundamental en la absorción de agua, ayudando en la prevención de inundaciones y en periodos de sequías.

Otro dato de total importancia a tener en cuenta es que sólo ocupando el 6% de la superficie terrestre, alberga al 40% de los animales y plantas del planeta, ¡casi la mitad de los seres vivos que viven en la Tierra!.

Son sumideros de carbono, es decir, absorben más carbono de la atmósfera del que liberan, lo que ayuda a depurar el aire. Además, es un medio de lucha contra el calentamiento global al evitar que grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases, donde el carbono es predominante, estén libremente deambulando por la atmósfera.

En términos humanos egoístas, millones de personas dependen directamente de ellos por lo que les aporta: agua, alimento, hábitat, etc. Por tanto, la supervivencia futura de nuestro planeta depende de la salud de estos ecosistemas.

Figura 1. Otra visión de los humedales: agricultura. Fuente: pixabay.com/es/images/search/humedales.

Frente al agua, los humedales son importantes en la depuración superficial de aguas (son grandes depuradoras naturales), así como también nutren a los acuíferos que puedan existir, como ocurre por ejemplo en Doñana.

Para el ser humano puede tener otros intereses como turísticos, recreativos y con carácter investigador, siempre que no provoquen la destrucción y/o deterioro de dicho ecosistema.

La destrucción de los humedales

Por desgracia, aunque hace más de 50 años que se creó este convenio de protección de los humedales, éstos no hacen más que verse reducidos en superficie y capacidad; y mayormente debido a la acción del hombre.

¿Y qué estamos haciendo para destruirlos? Una de las principales causas es el “robo” masivo del agua contenida en ellos para explotaciones agrícolas o urbanísticas, sin tener en cuenta el daño producido o la “legalidad” de la extracción de sus aguas. Y si no los secamos, los contaminamos con residuos industriales, ganaderos o de otras actividades extensivas que realizamos sin considerar las consecuencias nocivas de nuestros actos.

A medida que acabamos con estos ecosistemas tan importantes, tenemos menos armas para resolver otros problemas. Los humedales juegan un papel importante en el control de la contaminación y la desintoxicación. En este sentido, sin ellos, no existirían tantas zonas donde se podría acumular el exceso de carbono que se genera, tanto de forma natural como por la actividad humana, escapando así a la atmósfera y haciendo que la cantidad allí sea mayor, provocando en consecuencia que se acentúen los problemas relacionados con la crisis climática.

Otro efecto negativo está en su capacidad amortiguadora, por lo que aumentarían las zonas propensas a inundaciones en puntos del planeta con mayor regularidad de lluvias, y las sequías podrían acentuarse en lugares donde hay menos aporte hídrico.

La pérdida de humedales también afecta la disponibilidad de agua potable, ¡y no hay vida sin agua!

Humedales nacionales

Aunque la convención en nuestro país entró en rigor en 1982, actualmente con 76, España es el tercer país con más sitios designados como Humedales de Importancia Internacional. Sin embargo, no abarcan gran superficie, ya que aproximadamente ocupan un total de 313,089 hectáreas. ¿Parece mucho? Pues para que os hagáis una idea, es menos de la mitad de la superficie que ocupa la Comunidad de Madrid.

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico habla de esos 76 espacios de una forma más detallada. Si queréis conocer más sobre lo que tenemos en nuestro país podéis seguir este enlace: Buscador Humedales Ramsar (miteco.gob.es). Y para tener una visión global de su localización puedes acceder mediante éste otro: maparamsarnacionaljul21-min_tcm30-201066.pdf (miteco.gob.es)

Conclusión

Los humedales son algo más que una definición que encontramos en el diccionario de la RAE, son espacios de suma importancia que albergan gran cantidad de la biodiversidad terrestre, así como infinidad de recursos necesarios para nuestra propia supervivencia. No prestarles la atención y el cuidado que necesitan sería un error fatal.

Artículo editado por Judith Quiñones

Bibliografía

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