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Compuestos bociógenos, enemigos de la glándula tiroidea

La palabra bocio deriva del francés ‘bosse’, que se traduce como bulto; es decir, aquella inflamación de la glándula tiroidea que da nombre a los protagonistas del artículo, los compuestos bociógenos.

La falta de consumo de yodo conlleva el desarrollo de esta patología pero, ¿por qué puede aparecer aún consumiéndose yodo? Esto sucede debido a la existencia de compuestos naturales que pueden bloquear su absorción, como son los compuestos bociógenos.

La historia del bocio

El causante del bocio, la inflamación del cuello que describía Plinio en el siglo I d.C, ha sido objeto de estudio desde la Antigua Grecia. Ya Hipócrates, médico griego, hablaba en sus escritos de la afección, donde acusaba al agua de lluvia de ser la causante, al igual que decía el médico Plinio. Siglos más tarde, en el siglo XVI, Paracelso atribuía esta patología a la falta de minerales, hasta que en 1811, casi 300 años después, Bernard Courtois descubrió el yodo y, por lo tanto, la verdadera causa del bocio.

La falta de yodo era la principal causante de esta afección. Entre los alimentos que podían utilizarse para tratar el bocio, se habló de algas marinas y del consumo de sal yodada; pero ya entrados en el siglo XX, se descubrieron compuestos presentes en los alimentos que podían ser perjudiciales aunque se ingiriese yodo en la dieta. Hablamos de los compuestos bociógenos.

El descubrimiento de los compuestos bociógenos fue paulatino. El primer paso para ello fue gracias al doctor Delange, en cuyos estudios se demostró por primera vez la relación entre un alimento y la acción antitiroidea a través del consumo de la yuca. A raíz de este descubrimiento, se fue estudiando más la relación de los compuestos bociógenos con la glándula tiroidea.

En el siglo XXI, se vio que esta capacidad antitiroidea que era preocupante en épocas pasadas podría ser controlada gracias a diversos factores: primero, la erradicación del bocio endémico y el mayor consumo de yodo en la alimentación y, segundo, la limitación de estos alimentos o su tratamiento en casos de personas con hipotiroidismo y problemas tiroideos.

¿Qué son los compuestos bociógenos y dónde se encuentran?

Los compuestos bociógenos son sustancias que se encuentran de forma natural en algunos vegetales y que son capaces de interferir en la absorción y utilización del yodo por parte del organismo. El yodo, que solo se puede adquirir a través de la dieta, es un mineral necesario para el buen funcionamiento de la hormona tiroidea y para la producción de esta, por ello, el bloqueo de la absorción de este mineral supone un problema para el organismo. Los compuestos bociógenos pueden ser de diversa índole, como los glucosinolatos y las isoflavonas.

Los primeros, los glucosinolatos, son compuestos azufrados responsables del sabor algo picante y amargo de las verduras del género de las brásicas, como son las coles, el brócoli, los rábanos, el repollo o el nabo. Estos glucosinolatos, en su degradación, dan lugar a los tiocianatos, también llamados rodanidas, que van a actuar bloqueando la absorción de yodo por parte del organismo.

Estructura química del tiocianato, producto de degradación de los glucosinolatos, incluidos dentro de los compuestos bociógenos.
Fórmula del tiocianato. Elaboración propia.

Por otro lado, encontramos la goitrina, producto de la degradación de la progoitrina, que procede a su vez de la degradación de glucosinolatos. Este tiocarbamato es un compuesto muy rico en azufre que bloquea la producción de tiroxina, necesaria para la síntesis de hormona tiroidea y, por lo tanto, bloquea su acción.

Los segundos, las isoflavonas, son polifenoles del grupo de los flavonoides característicos en la soja. Estas en gran cantidad son responsables del bloqueo de la peroxidasa tiroidea, una enzima necesaria para la formación de hormonas tiroideas.

3. ¿Cómo evitar la acción de los compuestos bociógenos?

Los compuestos bociógenos, como ya hemos dicho, van a bloquear en nuestro organismo la síntesis de hormona tiroidea y, por tanto, van a ser capaces de ejercer una acción antitiroidea causando la formación del bocio.

El efecto de las sustancias bociógenas se produce cuando el alimento se consume crudo, lo que permite que, por la masticación o corte, los compuestos entren en contacto y hagan su acción antitiroidea. Para evitar esta acción, se debe cocinar el alimento. En el cocinado, los compuestos bociógenos son eliminados por la acción del calor, lo que favorece su consumo sin riesgo al bloqueo de la absorción del yodo.

4. ¿Pueden tener efectos beneficiosos los compuestos bociógenos?

La mayoría de los compuestos bociógenos provienen de los glucosinolatos. Estos compuestos azufrados, muy estudiados en los últimos años, se han descubierto como potentes protectores frente a diferentes cánceres, entre los que encontramos: cáncer de mama, colorrectal, de vejiga, próstata, pulmón e, incluso, tiroideo.

Esta acción protectora también proviene de la descomposición del glucosinolato. Los compuestos que se obtienen, como indoles e isotiocianatos, presentan propiedades capaces de proteger frente al cáncer, ya que pueden eliminar sustancias cancerígenas e intervienen en la regulación de estrógenos.

Estos efectos beneficiosos se dan solo cuando el alimento se ingiere crudo, debido a que la enzima que produce la degradación del glucosinolato se pierde con el calor. Esto es contradictorio con su efecto antitiroideo, pero la capacidad antitiroidea de los compuestos bociógenos solo debe preocuparnos cuando somos personas con hipotiroidismo o cuando no ingerimos apenas yodo en la dieta.

5. Conclusión

En el mundo de los alimentos, encontramos diversos compuestos que pueden afectar a nuestro organismo de una manera u otra. Los compuestos bociógenos, aunque actúen como antinutrientes bloqueando la absorción del yodo en el organismo, no suponen un peligro para nosotros salvo que seamos pacientes con hipotiroidismo. Las brásicas son un grupo de verduras que aportan gran cantidad de nutrientes como la vitamina C, que ayuda a fortalecer las defensas de nuestro cuerpo, y son gran fuente de calcio vegetal. «A quién come verdura, Dios lo ayuda».

Artículo editado por Araceli Martín Illana

6. Bibliografía

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Félix Méndez Fernández

Félix Méndez Fernández

Tecnólogo de los alimentos y creador del canal de divulgación en YouTube, Fefefood. Volcado en la divulgación científica y el impacto medioambiental de la industria alimentaria. Que la ciencia esté a un paso de todos.

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