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¿Qué hay detrás de la gastroenteritis?

¿Quién no ha sufrido alguna vez esta enfermedad? Los síntomas de la gastroenteritis (y el mal rato que nos hace pasar) son bien conocidos, sin embargo… ¿sabes en qué consiste y por qué se produce? ¿Es un virus, una bacteria…? ¿Qué es lo que pasa? Acompáñanos en esta aventura y descúbrelo.

¿Qué es la gastroenteritis?

La gastroenteritis consiste en la inflamación del estómago, intestino delgado o el intestino grueso, también llamado colon (imagen 1). ¿Y cuál es su origen? Pues en realidad existen diversas causas, puesto que puede ser provocada tanto por virus, bacterias o parásitos, así como por tóxicos o medicamentos. Sus síntomas consisten en dolor abdominal, diarrea, vómitos, náuseas y calambres. Esta enfermedad suele durar menos de 14 días en su fase aguda. Si su duración fuese entre 14 y 30 días estaríamos hablando de gastroenteritis persistente, y si fuese más de 30 días, se denominaría gastroenteritis crónica 1 . Vamos a explicar esto un poquito más a fondo.

Imagen 1. Una parte del sistema digestivo donde se puede ver el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso (colon). Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Anatomy_Abdomen_Tiesworks-es.png

Gastroenteritis vírica

Gastroenteritis

Imagen 2. Los principales virus que causan esta enfermedad son norovirus, adenovirus y rotavirus. Fuente: https://www.thebluediamondgallery.com/medical/g/gastroenteritis.html

El norovirus es un virus de ARN que consta de varios genotipos y subgrupos debido a las diversas mutaciones que sufre durante las replicaciones y afecta a poblaciones de todas las edades. La CDC (Centros de control y prevención de enfermedades) estima que este virus2 causa 685 millones de casos de gastroenteritis cada año.

Una dosis muy baja de partículas virales es suficiente para contagiar a una persona, por lo que la infección por este virus es altamente contagiosa. Incluso personas asintomáticas pueden eliminar el virus a través de sus heces, promoviendo la propagación. La diseminación se puede producir durante semanas (antes, durante y después de que se haya manifestado la enfermedad) y resulta resistente entre 0 a 60ºC y a muchos limpiadores domésticos 3.

Los adenovirus son virus de ADN. Aunque existen 51 tipos diferentes, son 3 los que causan dicha enfermedad (31, 40 y 41). Suelen infectar a niños y se observan con poca frecuencia en adultos. El rotavirus es un virus de ARN que puede afectar tanto a niños como a adultos.

La transmisión de todos ellos ocurre a través de la vía fecal-oral. Las personas infectadas pueden contaminar superficies, objetos, alimentos y bebidas, surgiendo así una cadena de infección entre persona y persona. Por lo tanto, se deberían llevar a cabo unas conductas de higiene (como por ejemplo el lavado de manos) e intentar no compartir alimentos y bebidas.

Pruebas clínicas, ¿qué pasa en el laboratorio?

Aquí entra el papel de varios profesionales sanitarios, pero más concretamente de técnicos de laboratorio, microbiólogo/as y enfermero/as.

El diagnóstico de las gastroenteritis se basa generalmente en los síntomas, aunque para la sintomatología más severa se analizan muestras de heces para determinar el tipo de virus o para descartar causas bacterianas o parasitarias, vómitos para casos de brotes y suero sanguíneo para estudios especiales.

Hablemos de las heces. Las muestras de heces pueden ser heces enteras o en el medio Cary Blair (imagen 3). Dichas muestras tienen que estar debidamente etiquetadas y colocadas en recipientes sellados y en bolsas separadas, conservándolas junto con paquetes refrigerantes en un contenedor. Las mismas deben conservarse en el laboratorio a 4ºC. En el caso de que el objetivo sea archivarlas o realizar pruebas más allá de 3 días, deben congelarse.

Imagen 3. Representación del medio Cary Blair, donde en su interior se localiza un medio nutritivo para el transporte de micoorganismos fecales. Fuente: imagen creada con Biorender.com

En el caso del vómito, las muestras deben recolectarse y enviarse al laboratorio de la misma forma que las heces. Éstas deben almacenarse congeladas.

Las muestras de suero se utilizan para determinar un aumento de más de cuatro veces la IgG. La IgG es un tipo de anticuerpo que ayuda a combatir infecciones bacterianas y virales (archiconocido debido a la pandemia producida por el Sars-CoV-2). Pues bien, éstas deben de congelarse.

Una vez preparadas las muestras, el siguiente paso es analizarlas: en el caso de rotavirus y adenovirus pueden utilizarse test de antígenos. Cuando se trata de norovirus, se detecta a través de RT-qPCR (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real con transcripción inversa), dado que es mucho más sensible y específico. ¿Os acordáis de la PCR? Es una técnica que permite amplificar un fragmento de material genético para que pueda ser detectado. Pues la RT-qPCR, es una técnica de amplificación en la que se utiliza transcriptasa inversa (una enzima que tiene como función sintetizar ADN utilizando como molde ARN) para poder utilizar ARN como molde (acordaros que el norovirus es un virus de ARN). Esto es así debido a que la PCR convencional sólo puede trabajar con ADN.

Vacuna de Rotavirus

Este virus tiene disponible una vacuna que se administra a partir de las 6 semanas de vida y antes de las 12. Su objetivo es proteger a los niños pequeños de las formas graves de gastroenteritis aguda. Su administración es vía oral y la tiene que suministrar un profesional sanitario.

Existen dos vacunas comercializadas: Rotarix (imagen 4) y RotaTeq. Para adquirirla se necesita receta expedida por un médico. Se compra en la farmacia y no está financiada por el sistema público de salud, por lo que debe pagarse íntegra.

Imagen 4. Vacuna Rotarix. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/File:Rotarix_vaccine_(with_box).jpg

Gastroenteritis bacteriana

Son diversas las bacterias que pueden producir gastroenteritis aguda. Shigela, Salmonela, Campylobacter, E. coli, Yersinia, Clostridium difficile, Staphyloccocus aureus…Básicamente su transmisión es producida por fómites (objetos sin vida que se pueden contaminar con algún patógeno y actuar como una vía de transmisión de infecciones), alimentos, aguas contaminadas o incluso debido al uso de múltiples antibióticos a lo largo del tiempo, como es el caso de Clostridium difficile (imagen 5), con el cual se asocia a un mayor riesgo de infección debido a una alteración en la flora normal intestinal. En el caso de los alimentos, puede surgir a través de tres mecanismos:

  • Patógenos que producen una toxina en el alimento antes de que se consuma.
  • Patógenos que producen la toxina en el tracto gastrointestinal después de ingerir el alimento.
  • Patógenos que invaden la pared intestinal y rompen el revestimiento, provocando una diarrea inflamatoria.
Imagen 5. Bacteria C. difficile. Fuente: https://www.rawpixel.com/search?page=1&similar=2288553&sort=curated&topic_group=_topics

Pruebas de laboratorio ¿qué se hace en estos casos?

Las pruebas que se suelen realizar en el laboratorio para la detección de las bacterias es el cultivo de heces y su tinción. Asimismo, también se realizan test para C. difficile en muestras fecales.

En el caso de la última bacteria mencionada, existen varias pruebas. La prueba de glutamato deshidrogenasa (GDH, enzima que produce dicha bacteria) nos puede indicar la presencia o ausencia de la misma. Además, podemos realizar la detección de toxinas propias de la bacteria por métodos de enzimoinmunoanálisis (EIA, técnica donde se forma un complejo Antígeno-Anticuerpo y el marcaje se realiza con una enzima obteniendo color en la solución). Ante resultados positivos de GDH y negativos de EIA, se puede llegar a realizar la técnica PCR (imagen 6). Disponemos también de test inmunocromatográficos.

Tratamiento

La rehidratación es el principal tratamiento frente a esta enfermedad. Existen unos preparados específicos que se venden en las farmacias compuestos por los electrolitos necesarios para revertir la deshidratación. Éstos se denominan sueros de rehidratación oral (SRO). Algunos, además, incluyen probióticos para regenerar la flora. No se deben utilizar ni infusiones, ni bebidas azucaras ni bebidas «isotónicas» refiriéndonos a aquellas bebidas comerciales destinadas para deportistas, puesto que los electrolitos que se pierden por vómitos o diarrea no son los mismos que se liberan durante la sudoración. Estas bebidas comerciales no contienen los suficientes iones para reestablecer en el organismo ante casos de gastroenteritis.

Para que esto se entienda, en el caso de sudoración a causa de alguna actividad deportiva se elimina mucho sodio, sin embargo, en una diarrea o en vómitos se elimina mucho potasio y poco sodio. Por lo tanto, las bebidas para deportistas y los SRO no contienen las mismas concentraciones de sales. Además, los azúcares provocan que nuestro organismo libere más agua a nivel intestinal, por lo que podemos empeorar la diarrea. Es importante también recalcar que beber sólo agua tampoco es suficiente debido a que no se reponen estas sales perdidas ya mencionadas.

Los cambios en la dieta son necesarios en la recuperación. Consumo de sopa; arroces, pollo y patata hervida, pescado… evitar grasas, café, fibra y productos que contengan lactosa es fundamental para dar un respiro a nuestro tracto gastrointestinal. Esto es a lo que denominamos dieta blanda.

La administración de antibióticos suele ser la última opción en el caso de gastroenteritis causadas por bacterias. Aún así, éstos están reservados para casos graves o para inmunocomprometidos.

Conclusión

La gastroenteritis aguda puede estar causada por gran variedad de patógenos. Aunque la mayoría de los casos suelen ser síntomas leves y la recuperación se basa en rehidratación, dieta suave y reposo, lo cierto es que a veces puede conllevar consecuencias más graves y, por lo tanto, necesitar otras alternativas de tratamiento. La prevención es el objetivo que debemos alcanzar: una buena higiene y lavado de manos, cocción y lavado de los alimentos, consumir agua potable, no utilizar los mismos utensilios de cocina para la carne y para la verdura, refrigerar los alimentos…

En caso de que se produzca la infección, es importante llevar a cabo una buena rehidratación (los SRO son lo más recomendable) y acudir a tu centro médico en caso de que fuese necesario (vómitos y diarrea más de 3 días, sangrado en las heces, fiebre, dolor abdominal muy intenso…) para llevar a cabo las pruebas oportunas para llegar a un diagnóstico.

Artículo editado por Silvia Moreno

Bibliografía

Ana Patricia Suárez Gonçalves

Ana Patricia Suárez Gonçalves

Técnico Superior Laboratorio Clínico y Biomédico

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