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¿El cáncer se puede transmitir?

Pues sí, algunos tumores se pueden transmitir, aunque ninguno entre seres humanos. Existen algunos tipos de cáncer transmisibles en otros mamíferos, en concreto en perros o demonios de Tasmania, e incluso neoplasias contagiables entre moluscos bivalvos. Están presentes en la naturaleza desde hace años, de hecho, un último estudio en berberechos ha identificado una neoplasia similar a la leucemia que podría datar de milenios de antigüedad.

¿Quieres saber más sobre este tipo de cánceres y cómo es posible que se transmitan entre individuos y sobrevivan durante tantos años? ¿Cómo podemos aplicar el conocimiento de estos tumores en el estudio del cáncer en el ser humano?

Un tumor venéreo transmisible en perros

En 1876 se identificó por primera vez un cáncer transmisible. El tumor venéreo transmisible en cánidos (CTVT por sus siglas en inglés), capaz de contagiarse entre perros, lobos, zorros y coyotes, se transmite entre individuos mediante contacto, oral o durante el coito, con la masa tumoral.

Se ha estimado que tiene entre 6000 y 11000 años.  Es decir, un primer cánido desarrolló un tumor (cuyas células de origen sean posiblemente macrófagos) y las células tumorales llevan saltando de individuo en individuo todo este tiempo, consiguiendo formar un nuevo tumor en cada nuevo perro contagiado y, por tanto, seguir multiplicándose y sobreviviendo.

¿Cómo puede ser esto posible? ¿Cómo las células tumorales han sobrevivido tanto tiempo? Las células tumorales son capaces de adaptarse al medio para conseguir sobrevivir durante más tiempo y duplicarse, provocando que la masa tumoral crezca. Para ello son capaces de evitar al sistema inmune del organismo en el que se encuentran y “camuflarse” para que las células inmunitarias no sean capaces de reconocer al tumor como extraño.

El genoma (la secuencia total de ADN) de estas células tumorales ha ido acumulando a lo largo de los años millones de alteraciones y mutaciones en muchos genes diferentes. Las células tumorales están alteradas tanto en vías relacionadas con la inmunovigilancia, para evitar el sistema inmune del individuo, como en oncogenes o genes supresores de tumores.

Por cierto, si quieres saber algo más sobre la genética en el desarrollo del cáncer te invito a leer este artículo publicado hace un tiempo en Microbacterium.

Analizando el genoma de células pertenecientes a estos tumores y yendo hacia atrás en sus alteraciones y mutaciones se ha conseguido comprobar el lejano origen de estos tumores, que derivan de una única neoplasia inicial. Por lo que conocemos hasta ahora, lo lógico sería que las células fueran capaces de acumular las mutaciones que les pueden ser beneficiosas para su supervivencia y eliminar las perjudiciales. Pero es curioso como en este caso no se han perdido mutaciones con los años, sino que se han ido acumulando, derivando en un genoma completamente anormal y en un cáncer capaz de transmitirse y sobrevivir entre individuos.

También los demonios de Tasmania pueden transmitirse un tumor

En 1995 se registró el primer caso de cáncer en demonios de Tasmania, otro tumor transmisible, aunque su origen se remonta algunos años antes. Este es un tumor facial (DFTD por sus siglas en inglés) que se transmite por mordeduras entre los individuos durante la alimentación o el apareamiento y que provoca la aparición de una masa tumoral en el cuello y el hocico del animal.

La transmisión del cáncer en los demonios de Tasmania se puede producir por mordeduras durante el apareamiento.
Imagen 1. La transmisión del cáncer en los demonios de Tasmania se puede producir por mordeduras durante el apareamiento. Fuente: Ostrander E et al. (2016). Trends Genet. doi:10.1016/j.tig.2015.10.001

La rápida distribución de este tumor en la isla de Tasmania hizo que se estimara que la extinción de la especie se produciría en aproximadamente 30 años, ya que la supervivencia de los animales con este tumor es muy limitada por el rápido proceso de metástasis, sobre todo pulmonar, que se produce en aproximadamente en un 65% de los casos. A pesar de esto, según las últimas investigaciones, es posible que haya una tendencia de los demonios de Tasmania a “convivir” con la enfermedad, ya que la transmisión parece ir a la baja.

Estas células tumorales, al igual que en el caso del tumor en cánidos, son capaces de evadir el sistema inmune y acumular una serie de mutaciones y alteraciones. Por ello de igual forma que en el caso anterior se ha conseguido ir hacia atrás en el análisis de estas alteraciones y establecer dos orígenes comunes, que han derivado en dos variantes distintas de este tumor (DFTD1 y DFTD2).

La ‘leucemia’ de los berberechos, posiblemente el cáncer transmisible más antiguo

Entrando ya en las últimas noticias respecto al cáncer transmisible, en un estudio llevado a cabo por investigadores del grupo Mobile Genomes de la Universidade de Santiago de Compostela, publicado recientemente en Nature Cancer, se han analizado casi 7000 berberechos de 11 países de Europa y el norte de África y se ha identificado en prácticamente el 6% de ellos la presencia de neoplasias diseminadas, similares a una leucemia, en su hemolinfa.

Los berberechos, al igual que la mayoría de los moluscos bivalvos, se alimentan por filtración del agua del mar, llegando a filtrar entre 50 y 120 litros de agua al día dependiendo de la especie de molusco. Esta alimentación justifica que posean un sistema circulatorio abierto, conectado con el exterior para que se pueda producir la filtración.

El origen de la neoplasia identificada son los hemocitos, células presenten en la hemolinfa que circula por el sistema circulatorio abierto de los berberechos, y que son una de las primeras líneas defensivas del sistema inmune que poseen. Estas células funcionan como fagocitos, “alimentándose” de los posibles microorganismos patógenos que pueden entrar en la hemolinfa mediante la filtración del agua.

Pero si ya se habían identificado tumores transmisibles en perros, demonios de Tasmania y otros moluscos bivalvos, ¿qué importancia tiene el descubrimiento de esta leucemia en berberechos? Hay dos razones principales por las que se cree que esta leucemia puede aportarnos nuevos conocimientos en el estudio del cáncer.

Imagen 2. Las células neoplásicas (derecha) poseen alteraciones genómicas que les hacen tener un mayor número de cromosomas respecto a las células sanas (izquierda). Fuente: Bruzos, A. et al. (2023) Nature Cancer. https://doi.org/10.1038/s43018-023-00641-9

En primer lugar, la antigüedad de estas neoplasias es uno de los motivos, ya que, aunque aún no se conoce con exactitud, puede llegar a ser de cientos o miles de años, incluso estimándose que podría llegar al medio millón de años de antigüedad, lo que lo convertiría en el tumor transmisible más antiguo jamás identificado.

Y es que las graves alteraciones en el genoma de las células cancerosas analizadas llevaron a pensar incluso a los investigadores que se trataba de un tumor originado en una especie extinta, por su poca similitud con otras células del molusco. De hecho, se han llegado a identificar células tumorales con hasta 354 cromosomas cuando en células no neoplásicas el número normal de cromosomas es 38, lo que prueba el nivel de alteración del genoma de estas células. Es por este nivel de alteraciones que se hace tan complicado que esta neoplasia haya sobrevivido tantos años.

La transmisión del cáncer a través del agua del mar, ¿relacionada con la metástasis?

La segunda de las razones por las que este descubrimiento ha suscitado gran interés es su mecanismo de transmisión. En los otros casos descritos anteriormente el tumor se transmite por contacto directo entre individuos, ya sean mordeduras o contactos sexuales. Sin embargo, los moluscos bivalvos no establecen contactos directos a lo largo de su vida, por lo que estos tumores se transmiten a través del agua. De hecho, se ha comprobado que algunos de estos tipos de tumores se transmiten entre distintas especies de moluscos mediante filtración del agua del mar.

Es decir, las células tumorales son capaces de migrar de un berberecho a otro mediante el agua que estos filtran para su alimentación y generar una nueva masa tumoral en el nuevo berberecho contagiado. Aplicándolo al cáncer en el ser humano la analogía es sencilla, ¿en qué proceso las células tumorales son capaces de migrar y establecer una nueva mas tumoral lejos del tumor inicial? Exacto, en la metástasis.

Figura 1. En la metástasis las células tumorales son capaces de migrar hacia otra localización en el organismo, análogamente a lo que ocurre en la transmisión de la neoplasia entre berberechos. Fuente: Bergers G. et al. (2021). Nature Reviews Cancer. https://doi.org/10.1038/s41568-020-00320-2

Es uno de los principales problemas, si no el más importante, cuando se habla de cáncer en el ser humano. En el proceso metastático las células tumorales deben ser capaces de salir de su localización original para asentarse en otra zona del organismo y generar allí una nueva masa tumoral. Es por ello por lo que este tipo de estudios pueden aportar las bases de conocimiento para conseguir entender más profundamente el proceso metastásico.

Conclusión

Es más que probable que no se vaya a curar el cáncer por descubrir este tipo de tumores en berberechos. Pero que las células cancerígenas de un individuo puedan migrar a través del agua del mar y formar un nuevo tumor en otro individuo es un proceso digno de estudio por su particularidad.

El estudio de los mecanismos que llevan a las células de este tipo de tumores a superar la inestabilidad de su genoma y a transmitirse y sobrevivir durante tantos años nos ofrece grandes conocimientos acerca de cómo los tumores sobreviven y se adaptan. El estudio, por tanto, de estas neoplasias es de gran importancia para seguir comprendiendo el fenómeno del cáncer y seguir mejorando diagnósticos, tratamientos y terapias.

Para terminar, y como recompensa para el lector que ha llegado hasta aquí, resolvemos una pregunta seguramente común entre algunos usuarios: ¿puedo contagiarme comiendo berberechos con leucemia? La respuesta es no, no es posible la transmisión de esta neoplasia al ser humano, así que podemos seguir consumiendo latas de berberechos con total seguridad.

Artículo editado por Equipo de Microbacterium

Bibliografía

Bruzos, A.L., Santamarina, M., García-Souto, D. et al. (2023) Somatic evolution of marine transmissible leukemias in the common cockle, Cerastoderma edule. Nature Cancer. https://doi.org/10.1038/s43018-023-00641-9

Hart S et al (2023). Centuries of genome instability and evolution in soft-shell clam, Mya arenaria, bivalve transmissible neoplasia. Nature Cancer. https://doi.org/10.1038/s43018-023-00643-7

Ostrander E, Davis B, Ostrander G (2016).Transmissible Tumors: Breaking the Cancer Paradigm. Trends Genet. 32(1): 1–15. doi:10.1016/j.tig.2015.10.001

Metzger M et al (2016). Widespread transmission of independent cancer lineages within multiple bivalve species. Nature. 534 (7609): 705-709. 10.1038/nature18599

Murchison E. (2016). Transmissible tumours under the sea. Nature. 534: 628-629.

Miguel Curto Duarte

Miguel Curto Duarte

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