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El síndrome del impostor

«Lo he conseguido. He llegado. Pero, ¿y si el siguiente paso sale mal? ¿habré fracasado? Pero, ¿por qué dudo de mí si lo he hecho mil veces antes? ». Diversos estudios alrededor del mundo revelan que hasta dos tercios de las mujeres consultadas habían experimentado alguna vez el síndrome de la impostora en sus trabajos.

Estos estudios analizan qué es, por qué ocurre y la frecuencia de este síndrome, que aparte de ser real, es excesivamente frecuente en un mundo laboral cambiante y exigente. Tener una cualificación laboral muy alta que puede no ser valorada a la hora de la verdad, o la historia del papel de la mujer en el mundo laboral a la sombra del hombre son algunos de los motivos por los que muchos y muchas se sienten identificados con este síndrome. Pero, ¿qué es el síndrome del impostor?

¿Qué es el síndrome del impostor y por qué aparece?

El síndrome del impostor no está tipificado como un trastorno psicológico clínico pero sí como un fenómeno psicológico que se presenta cuando hay una sensación de inseguridad muy frecuente relacionada con los logros laborales. La expresión fue creada por Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978. Las dos autoras hicieron además una indagación mayor sobre el síndrome de la impostora, es decir, cómo afectaba el síndrome del impostor especialmente a las mujeres. Así, ese mismo año publicaron el artículo: El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica (‘The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention’).

En el libro publicado se entrevistó a 150 mujeres de alto rendimiento que habían sido reconocidas formalmente por su excelencia profesional y, sin embargo, muchas de estas mujeres creían que su éxito se debía a la suerte o que sus logros eran exagerados. Este fenómeno descrito podría atribuirse a diversos factores, como la autoexigencia desmedida, el perfeccionismo, comparaciones constantes con los demás y el miedo al fracaso. 

En nuestros días, son muchas y muchos, aunque en el género femenino sea más frecuente, los que confiesan haber tenido el síndrome del impostor. «Tuve esa sensación durante toda mi carrera científica. Pensaba: ¿qué hago yo aquí? Después me di cuenta de que le sucedía a mucha más gente, especialmente en profesiones en donde la competencia es muy alta», le contaba Aida Baida Gil a BBC Mundo.

Aida recuerda que le volvió a ocurrir cuando cambió de carrera y pasó de ser bióloga y genetista a coach profesional: «Aunque en ese caso fue más temporal». La asesora asegura que hay dos niveles: uno que desaparece con el tiempo y la experiencia y otro más grave, que empeora con el tiempo. «Asumes que tu éxito es cuestión de suerte y nunca lo achacas a tu inteligencia sino a factores externos o al hecho de que hayas tenido que trabajar muy duro para lograrlo», explica.

Imagen 1. Frecuencia del síndrome del impostor por varios estudios. Fuente: Infografía tomada de la web ©2024 Impostor Syndrome Institute, LLC. https://impostorsyndrome.com/resources/infographics/

Por su parte, la doctora Valerie Young, reconocida internacionalmente desde 1982 como experta en el síndrome del impostor y cofundadora del Impostor Syndrome Institute, ha impartido su programa Rethinking Impostor Syndrome ™ a cientos de importantes corporaciones y universidades de todo el mundo. Su libro premiado ‘Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas: por qué las personas capaces sufren del síndrome del impostor y cómo prosperar a pesar de ello’ está en seis idiomas.

Para entender por qué ocurre, Young establece diferentes posibles fuentes de origen del síndrome. Una de ellas puede ser la baja autoestima y el poco autoconocimiento. La falta de capacidad para reconocer cuales son las cualidades por las que destacas pueden provocar que no creas que los demás te admiren por ellas.

Las dinámicas familiares durante la infancia también podrían estar implicadas, así como el contexto socioeconómico. Por ejemplo, un hermano muy inteligente o padres muy exitosos podrían crear inseguridades en ti por crear expectativas muy altas en cuanto a tu futuro laboral, así como lo podrían hacer el hecho de trabajar en un ciudad o con una clase social que no es a la que estás acostumbrado.

La percepción del éxito, fracaso y competencia suelen estar implicadas, y las personas que sufren el síndrome suelen ser muy exigentes consigo mismas y tener una lista de requisitos prácticamente imposibles de llevar a cabo. Si bien es cierto es más frecuente en mujeres, ellos también lo sufren.

Síntomas y tipos del síndrome del impostor

Pero, ¿cómo saber si estamos pasando por el síndrome del impostor? Tras muchos de los estudios y encuestas realizadas en torno a este fenómeno, se podrían describir como síntomas típicos los siguientes:

  • Sentir que sólo has llegado a donde estás hoy por un golpe de suerte, y no por tus habilidades o capacidades. 
  • Basar tu autoestima en la forma en que percibes tus propias habilidades.
  • Sentir que necesitas ser un perfeccionista para producir un trabajo satisfactorio. 
  • Sacrificar tu propio bienestar para realizar más trabajo.
  • Deterioro de tu salud mental como resultado del exceso de trabajo y el agotamiento.
  • Sentir que, en cualquier momento, alguien se va a “dar cuenta” de que no eres tan competente como pareces ser, especialmente cuando no hay pruebas de que ese sea el caso.

El síndrome del impostor, aunque aparece tanto al inicio en la inserción laboral como en el momento de ocupar grandes puestos, pues es frecuente en personas con indiscutibles capacidades, aumenta y persiste cuantos más logros alcanza la persona. La especialista en el síndrome del impostor, doctora Valerie Young, estableció 5 tipologías o grupos de personas más propensas a padecer el síndrome:

El experto

Las personas que padecen este síndrome del impostor suelen estar buscando continuamente cursos y certificaciones. Estas personas suelen sentir miedo por no contar con todos los conocimientos necesarios para afrontar su trabajo.

El individualista

Las personas que padecen este tipo de síndrome del impostor evitan pedir ayuda. Creen que al pedir ayuda están siendo peores en el ejercicio de su trabajo.

El perfeccionista

Este tipo de síndrome se caracteriza por un sentimiento de insatisfacción constante con el trabajo realizado. Este sentimiento a menudo genera ansiedad y altos niveles de estrés.

El genio

Si piensas que debes saber de todo y ser experto en todo, y tu autoexigencia se expande a casi cualquier disciplina, entonces puede que este sea tu caso. Las personas que sufren este tipo de síndrome del impostor sienten que no son buenas en nada.

El superhéroe o superheroína

Estas personas sienten la necesidad constante de hacer más que los demás y mejor. Necesitan demostrarse que pueden con todo e incluso con parte del trabajo de los demás para sentirse bien con ellos mismos.

Figura 1 : Evolución del aumento de la frecuencia del síndrome del impostor entre 1990-2018. Figura tomada de Bravata et al., 2020.

¿Por qué aparece el síndrome del impostor en la carrera científica?

A pesar de que el síndrome del impostor está descrito en infinidad de tipos de trabajo, la carrera científica puede ser uno de ellos.

Algunos de los motivos por los cuales muchos científicos y científicas llegan a padecer el síndrome del impostor se debe a que llegan a ser muy brillantes sin a menudo darse la ciencia en sus parientes cercanos, lo hacen casi por vocación fuera de su ciudad natal, y además, la ciencia puede ser muy incierta en sus inicios.

Un investigador, sometido a la presión de hacerlo todo perfecto en sus experimento, puede llegar a ser muy perfeccionista intentando controlar un alto número de variables, a veces a horas que se alargan de las ocho estipuladas. La extenuación de trabajo por llegar al objetivo puede hacer a veces que se pierda perspectiva y el éxito no sea valorado cuando llega.

Katalin Karikó, la ganadora del Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 2023, comentaba en una entrevista como nunca creyó que conseguiría tal reconocimiento. «Ella siempre escuchaba el anuncio del Premio Nobel porque me decía: ‘Oh, la semana que viene lo anunciarán, tal vez lo consigas», comentó en la entrevista con Adam Smith, refiriéndose a su madre. Yo me reía, ni siquiera era profesora, no tenía equipo, y le dije a mi mamá: «‘no escuches’». Y ella me dijo: ‘«Pero trabajas muy duro’». Y yo le dije que todos los científicos trabajan muy duro.

La extenuación, la falta de reconocimiento así como una lucha incesable por la financiación pueden provocar la aparición de este síndrome en mujeres y hombres mientras se produce el desarrollo de su carrera científica.

Cómo combatir el síndrome del impostor

Valerie Young, entre otros autores, dan una serie de pasos para superar el síndrome del impostor. Entre ellos, se encuentran los siguientes:

  • Reconocer que es algo que puede sucederle a cualquier persona, incluso a ti, y tómalo con calma, ¡No estás solo! Muchas personas han pasado por esto.
  • Deja las comparaciones, piensa en tu trayectoria ¿cuáles han sido tus metas todos estos años? ¿Ha cambiado algo en tu vida? No te midas por los logros de otras personas, sino mediante tus logros anteriores.
  • Organízate, establece metas claras, objetivos a corto, mediano y largo plazo.
  • Celebra tu éxito, si alguien te felicita, haz una nota mental de eso. Pero, lo más importante, si logras un objetivo de tu propia lista, ¡felicítate a ti mismo!
  • Haz una retrospección, enumera los fallos que has cometido y tómalas como oportunidades de mejorar.
  • Acéptalo, recuerda que equivocarse es de humanos, permítete cometer errores y muestra autocompasión por ello.
  • Háblalo, ya sea con un mentor, un amigo o con un terapeuta. Obtener una perspectiva externa puede sacudir las creencias irracionales y traerte a la realidad.

La doctora Young, por su parte, establece diez pasos para dejar de pensar como un impostor. Entre ellos se encuentran: el ser capaz de reconocer sentimientos y cualidades propias, acentuar lo positivo, redefinir qué es el fracaso, visualizar el éxito y redefinir un plan de estrategia para afrontar tu situación laboral.

Conclusiones

El síndrome del impostor, o en su caso el síndrome de la impostora, es un fenómeno psicológico por el cual la persona siente que no es suficiente en su trabajo, siente que es un impostor. El ascenso de puesto o el conseguir un objetivo antes que sus compañeros, para la persona que padece el síndrome del impostor, es fruto de la suerte o del azar, y raramente fruto de sus esfuerzos.

Dentro del síndrome del impostor, que puede aparecer tanto al inicio de la carrera profesional como con el paso de los años, se identifican 5 subtipos que se van a relacionar principalmente con la personalidad. Se encuentran el experto, el individualista, el perfeccionista, el genio y el super héroe.

Una falta de autoconocimiento y autoestima, así como un ambiente laboral poco favorable por falta de reconocimiento de méritos o simplemente diferente en cuanto a clase socioeconómica a la que estemos acostumbrados, pueden provocar que aparezcan algunos de los síntomas del síndrome del impostor. Identificarlo es la clave para poder aplicar las medidas en su contra.

Artículo editado por Equipo de Microbacterium

Bibliografía

Bravata, D. M., Watts, S. A., Keefer, A. L., Madhusudhan, D. K., Taylor, K. T., Clark, D. M., Nelson, R. S., Cokley, K. O., & Hagg, H. K. (2020). Prevalence, Predictors, and Treatment of Impostor Syndrome: a Systematic Review. Journal of General Internal Medicine, 35(4), 1252–1275. https://doi.org/10.1007/s11606-019-05364-1

Feenstra, S., Begeny, C. T., Ryan, M. K., Rink, F. A., Stoker, J. I., & Jordan, J. (2020). Contextualizing the Impostor “Syndrome.” Frontiers in Psychology, 11(November), 1–6. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2020.575024

María Isabel Hernández

María Isabel Hernández

Bióloga y actual doctoranda en Biología Molecular y Biomedicina en el campo de la Neurociencia. Me apasiona escribir artículos de ciencia para que esta llegue más allá del laboratorio.

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