¿Os imagináis poder desarrollar medicamentos más rápido, con menos inversión y que fuesen más efectivos? Gracias a la inteligencia artificial (IA), este hecho está empezando a ser una realidad. Aunque el proceso de crear un medicamento es muy contoso y conlleva muchos años de investigación, la IA puede tener la capacidad de acelerar cada etapa del proceso, desde la identificación de posibles compuestos hasta las fases de ensayos clínicos, abriendo nuevas puertas para la creación de tratamientos más efectivos y personalizados.

La Inteligencia artificial como solución

Para que os hagais una idea, desarrollar un nuevo medicamento no es como hacer una receta de cocina; es un proceso largo y costoso. La creación de un fármaco puede durar entre 10 y 15 años y costar miles de millones de euros. Lo peor es que, de cada 10.000 sustancias que se prueban, solo una llega a convertirse en un medicamento que se pueda comprar en una farmacia.

¿Por qué es tan difícil? Porque la ciencia tiene que asegurarse de que el medicamento haga su trabajo sin causar efectos secundarios graves o el mínimo de efectos posible. Aquí es donde la IA entra en acción para hacer las cosas más fáciles y rápidas.

Encontrar nuevos fármacos con la IA

El primer paso para crear un medicamento es encontrar sustancias que puedan servir para tratar una enfermedad. Antes, la comunidad científica lograba esto probando miles de compuestos químicos en laboratorios, lo que conllevaba emplear mucho tiempo. Ahora, con la IA, los ordenadores pueden analizar millones de datos en cuestión de horas.

Por ejemplo, en 2019, un grupo de investigadores del MIT utilizó IA para descubrir un la halicina. Este medicamento resultó ser efectivo contra bacterias que ya eran resistentes a otros antibióticos, algo que preocupaba mucho a los médicos. Lo sorprendente es que este antibiótico fue descubierto en solo unos días, mientras que el método tradicional hubiera costado mucho más dinero y tiempo.

¿Cómo se pueden mejorar los medicamentos con la IA?

Una vez que los científicos encuentran una sustancia prometedora, necesitan mejorarla para que sea más efectiva y tenga menos efectos secundarios. Como cuando quieres afinar una receta para que salga perfecta. La IA puede sugerir cómo cambiar la estructura química del medicamento para hacerlo más potente o seguro.

Por ejemplo, empresas como Insilico Medicine utilizan IA para diseñar moléculas desde cero. Imagínate que quieres un medicamento que sea como una ‘llave maestra’ que se ajuste perfectamente a una proteína que causa una enfermedad. La IA puede crear esa llave probando miles de combinaciones químicas virtuales hasta encontrar la mejor.

Acelerando el testeo con la IA

Antes de que un medicamento llegue a las farmacias, debe ser testado en personas. Este paso se llama ensayo clínico y es muy caro y complicado porque necesita muchos voluntarios y años de observación. La IA puede acelerar este proceso ayudando a seleccionar mejor a los participantes.

Por ejemplo, los ordenadores pueden analizar datos médicos de millones de personas para encontrar a los mejores candidatos para probar un medicamento. Esto asegura que las pruebas se hagan más rápido y con resultados más precisos. En este sentido, aún queda mucho que trabajar en relación a la protección de datos.

¿Medicina personalizada e IA?

Cada persona es diferente, y no todos los medicamentos funcionan igual para todos. Por ello, cada vez es más importante personalizar los tratamientos según las necesidades específicas de cada paciente. La IA puede ayudar analizando datos genéticos y médicos para predecir qué medicamento puede funcionar mejor en cada caso.

Por ejemplo, en tratamientos contra el cáncer, la IA puede ayudar a elegir el medicamento que mejor se adapte al tipo específico de tumor de un paciente. Esto no solo mejora las posibilidades de éxito, sino que también reduce los efectos secundarios.

Ejemplos de aplicaciones que ya son realidad

La Inteligencia artificial ya está siendo utilizada en muchos proyectos reales y no son meras suposiciones que puedan llegar a producirse en el futuro.

Por ejemplo, durante la pandemia, la IA ayudó a los científicos a encontrar rápidamente medicamentos que podrían reutilizarse para tratar el coronavirus. Esto aceleró la búsqueda de tratamientos mientras se desarrollaban las vacuna. Por otro lado, la IA ha traido nuevos tratamientos para enfermedades raras, las cuales no tienen cura porque son tan poco comunes que no se invierte lo suficiente para poder investigarlas. Además, también ha podido desarrollar medicamentos en tiempo records como la compañia Exscientia, que logró diseñar un medicamento para el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en solo 12 meses, mucho más rápido de lo habitual.

¿Qué nos espera en el futuro?

La IA no solo está ayudando a crear medicamentos más rápido, sino que también está cambiando la forma en que pensamos sobre la medicina. En un futuro cercano, podríamos ver fármacos diseñados completamente por IA, ajustados a las necesidades de cada paciente y con menos efectos secundarios.

Aunque aún hay numerosos desafíos, como garantizar que los datos utilizados por la IA sean de alta calidad y cumplir con las regulaciones de seguridad, el potencial es enorme. Gracias a la IA, estamos entrando en una nueva era en la que las enfermedades podrían tratarse de manera más eficiente, salvando millones de vidas y mejorando la calidad de vida de muchas personas.

Conclusión

La inteligencia artificial está facilitando innumerables procesos del día a día y el desarrollo de medicamentos no es una excepción. Desde encontrar nuevas sustancias hasta personalizar tratamientos, su capacidad para analizar grandes cantidades de datos en poco tiempo está acelerando un proceso que antes era lento y costoso. Con el tiempo, veremos cómo la IA sigue transformando la medicina, haciendo que los tratamientos sean más accesibles, efectivos y personalizados. Sin duda, estamos ante una revolución que puede beneficiar a al mundo entero.