La divulgación científica juega un papel crucial en la democratización del conocimiento, permitiendo que descubrimientos y avances científicos sean accesibles y comprensibles para el público general. Sin embargo, el proceso de escribir un artículo de divulgación científica está plagado de desafíos y es fácil incurrir en errores que pueden comprometer la calidad y eficacia de la comunicación.
Antes de meternos a analizar cuáles son los errores más comunes a la hora de redactar un artículo de divulgación científica vamos a introduciros de manera breve en que consiste este proceso de comunicación tan complejo e importante al mismo tiempo.
Índice de contenido:
¿Qué es la divulgación científica?
La divulgación científica es el proceso de comunicar y hacer accesible el conocimiento científico a un público general, es decir, a personas que no son especialistas en el campo del que se habla. Este proceso implica simplificar el lenguaje técnico y los conceptos complejos sin perder la precisión ni la veracidad de la información. La finalidad es educar, informar y despertar el interés y la curiosidad por la ciencia en la población.
Los errores más comunes en un artículo de divulgación científica
El proceso de escribir un artículo de divulgación científica es tan díficil como importante. Para hacerlo de manera correcta se necesita contar con una base bibliografía lo suficientemente consistente, previamente revisada, para poder construir el relato que se quiere contar y transformar la información de una forma que pueda ser entendida por todo el mundo.
Dada la dificultad de escribir un artículo de divulgación científica, durante todo el proceso se pueden producir errores que pueden provocar que la información redactada no sea acertada ni efectiva. A continuación os presentamos los errores más comunes en los que se suelen incurrir y las posibles soluciones y recomendaciones para cada uno de ellos.
Falta de claridad y concisión
Uno de los errores más frecuentes es la falta de claridad. Los autores, a menudo expertos en sus campos, olvidan que el público general no posee el mismo nivel de conocimiento técnico. El uso excesivo de jerga, explicaciones complejas o la ausencia de definiciones claras puede confundir al lector. La concisión también es vital; los artículos deben ser lo suficientemente breves para mantener el interés del lector, pero también lo suficientemente detallados para comunicar la esencia del tema.
En este sentido, es imprescindible simplificar el lenguaje sin sacrificar la precisión, usando analogías y ejemplos para explicar conceptos complejos y asegurarse de que cada palabra aporte al entendimiento del lector. Para ello, hay que ponerse en la piel del lector y preguntarse a uno mismo si ese término está explicado de manera que pueda ser entendido a la perfección.
No definir bien la audiencia objetivo
Cada artículo de divulgación científica debe estar diseñado pensando en su audiencia. Un error común es asumir un único tipo de lector. La edad, el nivel educativo, los intereses y la familiaridad con el tema pueden variar ampliamente.
Para que no incurrir en este error, es muy importante definir la audiencia objetivo antes de comenzar a escribir y adaptar el contenido, el tono y el estilo acorde a ella. Esto puede significar crear versiones diferentes del mismo tema para distintos grupos de lectores.
Falta de estructuración y organización
Un artículo poco estructurado dificulta la comprensión y retención de la información. Es común encontrar textos que saltan de un tema a otro sin una transición clara o que presentan los argumentos de manera desordenada.
Para evitar este error, hay que planificar la estructura del artículo antes de escribir. Introducir el tema y explicar su importancia, desarrollar los puntos clave en un orden lógico y concluir resumiendo los principales hallazgos y su relevancia.
No verificar las fuentes
En la era de la información, es fácil acceder a datos y estudios, pero no toda esta información es confiable. Utilizar fuentes no verificadas o desactualizadas puede llevar a la propagación de información incorrecta, bulos o mitos. Por ello, es imprescindible verificar siempre la credibilidad y actualidad de las fuentes. Dar preferencia a estudios revisados por pares y publicaciones reconocidas en el campo científico.
Ignorar la importancia de un buen título y una introducción
El título y el resumen son los primeros puntos de contacto con el lector y su importancia no debe ser subestimada. Un título poco atractivo o un resumen que no capta la esencia del artículo pueden disuadir a los potenciales lectores. En este sentido, es recomendable crear un título y un resumen que sean tanto informativos como intrigantes, utilizando palabras clave relevantes para mejorar la visibilidad en búsquedas en línea.
No utilizar recursos visuales
Los recursos visuales, como gráficos, tablas y fotografías, pueden mejorar significativamente la comprensión y el engagement del lector, pero a menudo son subutilizados o mal empleados. Siempre hay que incorporar elementos visuales que complementen y clarifiquen el texto, asegurándose de que sean de alta calidad, que aporten valor y estén correctamente referenciados siempre que se utilicen.
Conclusión
Escribir un artículo de divulgación científica efectivo es un arte que requiere claridad, precisión y una profunda consideración del público objetivo. Evitar los errores comunes mencionados y aplicar las soluciones propuestas puede marcar la diferencia entre un artículo que pasa desapercibido y uno que verdaderamente resuena con la audiencia, fomentando la curiosidad y el conocimiento científico.
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