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Divulgación científica: 3 formas para ponerla en práctica

Los resultados obtenidos en ciencia no tienen trascendencia alguna si no están apoyados por la divulgación científica para darles una mayor visibilidad y alcance. La divulgación es definida por la Real Academia Española (RAE) como “publicar, extender, poner al alcance del público algo”. En este contexto, este término es una herramienta muy utilizada en el campo científico que se pone en práctica cuando: i) se informa a los compañeros sobre los resultados de los trabajos (jornadas, congresos y seminarios), ii) se redactan los resultados de una investigación y después se publican (artículos en revistas) y iii) se difunde a un público no experimentado que generalmente desconoce del tema (actividades y encuentros informales).

Estos medios presentan sus ventajas e inconvenientes particulares a la hora de proyectar el conocimiento científico y cada uno cumple un fin concreto sin restarle importancia a los otros. Sea cual fuere su objetivo, está claro que la divulgación científica en términos generales promueve un acercamiento de esta a un público no especializado y para ello será necesario desarrollar la habilidad de comunicación efectiva. Por ello será necesario comunicar los resultados en un lenguaje que sea accesible a toda la sociedad, evitando tecnicismos que puedan hacer que las información que se quiere transmitir no sea asimilada o que pueda hacer perder interés a la audiencia.

Participación en jornadas, congresos y seminarios

Fomentar la participación de los investigadores ya sea en jornadas, como en congresos, seminarios o talleres es crucial para promover la sinergias, colaboraciones y «networking» entre ellos. La celebración de estos eventos, donde cada especialidad presenta sus resultados y avances en el campo, permite debatir sobre los temas en los que se está trabajando actualmente, compartir opiniones y recibir «feedback» por parte de otros compañeros.

La formación en habilidades transversales (coherencia, escucha activa, presencia en el escenario y sobre todo comunicación eficaz) permite que el mensaje sea entendido por el oyente sin olvidar que esta información se transmite tanto por vía verbal como no verbal.

En esta línea, la capacidad de adaptarse a nuevos escenarios, adecuación del lenguaje a un público heterogéneo y la toma de decisiones, son tres competencias fundamentales para lograr que el conocimiento científico se conciba desde la perspectiva de ciencia accesible. También es importante la oportunidad que presentan estos eventos para establecer nuevas relaciones/colaboraciones entre investigadores de distintos grupos. Además, al ser un foro de divulgación más específico respecto a un tema de investigación o área de conocimiento hace que los intereses sean más parecidos, y el interés por el tema a tratar sea en consecuencia mayor.

Artículos en revistas

La característica de los artículos científicos publicados en revistas de diferente prestigio es que permiten explicar a detalle una investigación obteniendo previamente unas revisiones de expertos. Esta peculiaridad ya fue definida en el método científico que contemplaba la revisión como una pieza clave para encontrar posibles fallos y poder trabajar de nuevo en la elaboración de una hipótesis. La revisión y el proceso de publicación además obliga a la reproducibilidad de los resultados para que estos sean considerados como válidos y fortalece la calidad y labor investigadora.

Los artículos tienen que presentar características como validez, autenticidad, organización, claridad, originalidad y exactitud. Para cumplir alguno de estos requisitos la fiabilidad de las referencias y el adecuado número de citas otorgarán credibilidad al artículo y permitirán al lector ahondar más en el contenido. De este modo, las revistas indirectamente son un instrumento que evalúa la calidad de la actividad investigadora, lo que inherentemente deriva en la presión que los investigadores tienen al publicar en estas.

A pesar de ello, este aspecto no ha sido un obstáculo para la comunidad científica, lo cual se ha visto reflejado en un aumento paulatino en la cantidad de artículos científicos publicados, beneficio apoyado por la digitalización, los avances en ciencia y la presencia de un mayor número de editoriales.

El hecho de publicar aumenta el conocimiento disponible en red por lo que gente de todo el mundo puede acceder instantáneamente a ello. Su inconveniente es que la lectura precisa de un sólido «background» en la temática de interés lo que deriva en que esto no resulte asimilable por un lector ajeno al campo. Otra limitación recae sobre el pago de tasas para poder acceder a estos artículos. Los resultados científicos se limitan a veces a suscripciones de pago por lo que el acceso se restringe a una pequeña porción de la población que pertenece al círculo científico dejando atrás a otros interesados.

En los últimos años ha cobrado importancia el acceso en abierto u «open access» que defiende un modelo de acceso a los artículos científicos en revistas sin restricciones. Sería conveniente que los autores de los artículos publicados en revistas científicas se implicaran activamente en dar a conocer el impacto de sus trabajos lo que indudablemente influirá en una mayor contribución de comunicaciones al marco científico y mejorará la visibilidad del manuscrito.

Actividades y encuentros informales

Las actividades, encuentros, recursos y plataformas de los que disponemos como medios de divulgación científica son infinitos. Estos se encuadran desde material digital (redes sociales, podcast, programas de televisión y radio, internet o soportes multimedia), pasando por personas expertas en comunicación, hasta libros, folletos, obras de teatro, conferencias, museos, etc.

Algunos ejemplos concretos son las charlas TEDx o Naukas, el evento Pint of Science, el programa Órbita Laika o el canal de YouTube Quantum Fracture. En concreto, dentro del terreno universitario la difusión de los eventos se realiza a través de los Institutos Universitarios (IU) o las Unidades de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i), que impulsan talleres por ejemplo dentro de la Semana de la Ciencia o en la Noche Europea de los Investigadores.

Dichas actividades se deben dirigir a todo tipo de público, focalizándose principalmente en la población más joven para que sean ellos los agentes capaces de impulsar la supervivencia de las sociedades futuras mediante el aprovechamiento de los conocimientos que se les aporta a lo largo de su vida. Sin embargo, desafortunadamente no todo el mundo está por la labor. A pesar de que cada vez existe una mayor conciencia sobre la importancia de divulgar, implementar esta actividad por parte de algunos investigadores, resulta un proceso tedioso en el que todavía queda mucho camino por recorrer.  

Figura 1. Taller ‘Lo más dulce de la colmena’ organizado por el grupo de investigación en química analítica TESEA y enmarcado dentro de las actividades de la Noche Europea de los Investigadores 2022

Conclusión

Comunicar ciencia aviva la curiosidad, ayuda a comprender las transformaciones que ocurren día a día y forma a los ciudadanos para que adopten una actitud crítica con la que poder actuar en consecuencia.

El avance en el mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ha aumentado las posibilidades de llegar a un rango mayor de público y, a pesar de que las redes sociales también puedan ser otra vía de dar a conocer la ciencia, este recurso puede entenderse como un arma de doble hilo a causa de las «fake news» presentes en internet. Bien sea la desinformación, la amenaza de las noticias falsas, pseudociencias, el spam, o la sobreinformación, estos aspectos afectan cada vez más al proceso de comunicación científica, lo cual se vio ejemplificado con el coronavirus.

La divulgación permite una aproximación de la población a los conocimientos científicos sin la muralla que representa el vocabulario técnico empleado en ciencia, se trata pues de un pilar de la sociedad que reduce la brecha educacional. Sin embargo, esta sociedad en numerosas ocasiones manifiesta el desinterés por el contenido científico.

La raíz del problema, aunque presenta múltiples orígenes, se puede explicar ya que la ciencia i) no se comprende, ii) no interesa, iii) no se comunica eficazmente, y iv) requiere tiempo y esfuerzo. Así, el rol de los científicos no debe ceñirse exclusivamente a la publicación en revistas científicas, ni participación en seminarios especializados, sino más bien, acercar ese conocimiento y potencial a un público nuevo que no sea experto en el campo de dicha investigación.

La divulgación científica es un vehículo con el que se pueden transmitir las ideas y hallazgos al resto de la sociedad y en consecuencia aportar valor tanto al conocimiento como al interés que pueda suscitar la investigación. Por un lado, se debería acentuar más en los currículums de los investigadores la labor que realizan en materia de divulgación científica; por otro, es una obligación que los científicos promuevan una mejora de la sociedad a través de la formación, la cultura y la accesibilidad al conocimiento mediante actividades de divulgación científica.

Adrián de la Fuente Ballesteros

Adrián de la Fuente Ballesteros

PhD en Química Analítica 🐝. Seguridad y calidad alimentaria. Educación, divulgación científica y emprendimiento. Erasmus+. Apasionadamente curioso.

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